Lo que está mañana era una tormenta tropical en el océano Pacífico cuyos vientos no sobrepasaban los 100 km/h, está tarde se ha convertido en huracán de categoría 1 en la escala Saffir-Simpson, con vientos sostenidos de 130 km/h y rachas de hasta 155 km/h, según el Servicio Meteorológico Nacional. El huracán Kay provocará durante el resto de la noche lluvias torrenciales (de 150 a 250 mm) en Colima, Michoacán, Nayarit y Sinaloa. El centro de este fenómeno meteorológico se encuentra a 495 km al suroeste de Manzanillo, Colima, y avanza a una velocidad de 17 km/h en dirección a Baja California Sur.
La escala Saffir-Simpson clasifica estos fenómenos dependiendo de la velocidad del viento. Entre 119 y 153 km/h el huracán se considera de categoría 1, como es el caso de Kay. Un huracán de estas características puede traer daños “a la vegetación y en los muelles, así como algunas inundaciones en carreteras y caminos costeros”, según el Centro Nacional de Prevención de Desastres.
Después de un verano seco como pocos, ha llegado el aguacero. El huracán Kay ha dejado ver sus primeras consecuencias en varios puntos de la costa del Pacífico. Tres regiones del Estado de Guerrero (Costa Grande, Acapulco y la parte alta de la Sierra) han suspendido sus clases, para no poner en riesgo a los alumnos. Desde allí llegan imágenes de ríos desbordados, calles inundadas, coches arrastrados hasta lugares imposibles y olas de varios metros de altura.
También se han suspendido las clases en Nuevo León, Oaxaca (en los municipios de Matías Romero, San Juan Mazatlán y San Juan Guichicovi) y Sinaloa, donde el aviso no llego hasta pasadas las 6.30 de la mañana. Para entonces, muchos alumnos ya estaban de camino a la escuela, y algunos ya estaban en las aulas, según ha lamentado su gobernador, Rubén Rocha Moya.
Después de haber atravesado una sequía histórica que ha obligado al racionamiento del agua, el norte de México se ha visto abrumado por un aguacero que ha tenido especial impacto en Monterrey y su área metropolitana. Erik Cavazos, el director de Protección Civil en el estado de Nuevo León, ha defendido que las lluvias, pese a los desperfectos que está causando, son “de mucho beneficio para las cuencas y los ríos, y principalmente las presas de nuestro Estado”, ha asegurado a la televisión local. Protección Civil informó que las intensas lluvias han dejado 25 árboles y 24 postes derrumbados y al menos 19 vehículos varados.
ElPaís