Esta tarde, la caravana migrante llegó a la región de la cuenca del Papaloapan, en los límites del norte de Oaxaca y el sureste de Veracruz, específicamente en el municipio de Tuxtepec. Cerca de dos mil 500 personas migrantes fueron escoltadas por varias patrullas de la Guardia Nacional.
Al frente, un hombre carga una cruz y otros dos sostienen una manta que dice «Latinoamérica unida». En la manta están pintadas las banderas de todos los países de Centroamérica, así como del Caribe, incluyendo Cuba y Haití.
Avanzaron a buen paso desde Loma Bonita hasta la comunidad de Benemérito Juárez, conocida como «Palo Gacho», en Tuxtepec, Oaxaca.
Allí, recibieron asistencia prehospitalaria por parte de paramédicos, así como agua y comida de los pobladores, quienes incluso les aplaudían y alentaban a su paso.
La caravana estaba compuesta mayoritariamente por bebés, niños, mujeres embarazadas, personas con discapacidad, jóvenes y adultos mayores, la mayoría provenientes de Honduras, Nicaragua y El Salvador.
Explicaron que salieron de sus países debido a problemas económicos y, en algunos casos, a la violencia. En este último caso, «los maras» intentaron reclutarlos para el tráfico de drogas, armas e incluso asesinatos.
Al negarse a unirse al crimen organizado en sus respectivos países, no les quedó otra opción que correr por sus vidas y caminar durante dos meses hasta llegar al punto donde pernoctaron hoy.
En términos generales, expresaron su agradecimiento a la Guardia Nacional y al pueblo de México, quienes les proporcionaron ropa y calzado para continuar su viaje hacia la frontera norte, donde intentarán cruzar a Estados Unidos.
Milenio