El Universal reveló en su edición del martes 20 de agosto las propiedades que posee el exgobernador Javier Corral Jurado, quien adquirió varios inmuebles a precios muy bajos usando su influencia política.
El reportaje, titulado “Corral, otro político al que le crecen las propiedades”, muestra cómo el paseño ha incrementado su patrimonio inmobiliario en los últimos años, al tener 14 propiedades en diferentes estados del país, algunas de las cuales no ha declarado o ha comprado a precios muy inferiores al valor comercial.
Javier Corral es objeto de escrutinio y está en el ojo del huracán luego de que la Fiscalía Anticorrupción de Chihuahua intentó detenerlo por presuntos actos de corrupción. Actualmente enfrenta acusaciones de peculado y corrupción en Chihuahua y fue declarado “prófugo” de la justicia.
El caso de Javier Corral es un ejemplo más de la impunidad y la falta de rendición de cuentas que caracteriza a la clase política mexicana. Como este caso los hay por centenas, pasando por los viejos políticos del otrora régimen priísta, el panista y ahora en los tiempos estelares de la cuatroté.
No es aceptable que un servidor público como Javier Corral, que se jactaba de su honestidad y que se presentaba como un defensor de la democracia y la transparencia, haya ocultado o falseado su declaración patrimonial, y haya adquirido propiedades a precios irrisorios, aprovechando su posición de poder y su influencia en el mercado inmobiliario.
Corral no solo ha traicionado la confianza de los ciudadanos de Chihuahua, que lo eligieron para combatir la corrupción y la violencia en su estado, sino que también ha decepcionado a sus propios seguidores, que lo vieron como una alternativa al PRI.
Corral ha demostrado que no tiene ningún compromiso con la transformación del país, sino solo con su propio beneficio personal y político. Y para muestra está su ecdisis, su cambio de casaca del PAN a Morena, todo por supervivencia política.
Por eso, es necesario que la justicia actúe con firmeza y con apego a la ley, y que se investiguen a fondo las irregularidades en el patrimonio de Corral, así como las acusaciones de peculado y corrupción que pesan sobre él.
No se puede permitir que este tipo de conductas queden impunes, y que se siga alimentando la percepción de que los políticos son intocables y que pueden hacer lo que quieran con el dinero público.
Los chihuahuenses esperan que las autoridades sancionen y castiguen a Corral y a todos los exfuncionarios de su gobierno que han incurrido en actos de corrupción, y que se recupere el patrimonio que le han robado al pueblo chihuahuense. Tal y como se hizo con César Duarte Jáquez, también exgobernador corrupto de Chihuahua.
También esperan que el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador y la presidenta electa Claudia Sheinbaum no sigan protegiendo a Javier Corral con el fin de evitar que pise la cárcel.