Doctor Omar Bazán Flores
Rector del Instituto Estudios Superiores de Chihuahua
La investigadora Cristina Cortinas insiste en la necesidad de un profundo cambio cultural para prepararnos ante la amenaza de los fenómenos climáticos, que venga a fortalecer el trabajo y aportaciones que es de mucha utilidad, que realizan las universidades, en materia de cuidado ambiental.
Para ello se requiere que las universidades se involucren en el desarrollo de una cultura Cero Residuos basada en la adopción de prácticas de economía circular comunitaria, regenerativa, social y solidaria, en sus planteles escolares y las impulsen en las organizaciones de las comunidades de los municipios en los que están localizadas
De ahí que estas estrategias sirvan como combate a la generación de residuos, para así detener el grave deterioro ambiental.
Ya hemos abordado la importancia de la aplicación de estrategias de consumo que son extensión de la filosofía de la economía circular que busca reducir el impacto ambiental y optimizar el uso de los materiales.
La especialista Cristina Cortinas indica cómo las universidades, como centros de conocimiento e innovación, pueden desempeñar un papel crucial en la transición hacia una economía circular.
Reduciendo los desechos y promoviendo el uso eficiente de los materiales, lo que contrasta con el modelo lineal tradicional (producir, usar y desechar).
Las 5R´s aplicadas al contexto de las universidades, propuestas en la investigación implican “Rechazar”, que puede significar rechazar el uso de productos de un solo uso como plásticos desechables (botellas, cubiertos, etc.) y fomentar la utilización de materiales reutilizables. También se puede rechazar la compra de productos innecesarios o que tengan un alto impacto ambiental.
Luego, Reducir, Implica reducir la cantidad de papel utilizado, la energía consumida y otros recursos materiales. Por ejemplo, fomentar el uso de tecnología para reemplazar el papel en tareas y comunicaciones, y promover el apagado de luces y equipos electrónicos cuando no se usan.
También Reutilizar, que busca reutilizar materiales como carpetas, libros, uniformes, mochilas, y otros objetos escolares. Las escuelas pueden fomentar el intercambio entre estudiantes o la creación de proyectos en los que se reutilicen materiales en lugar de comprar nuevos.
Reciclar, implica que las instituciones educativas pueden implementar sistemas de reciclaje para papeles, plásticos, cartón, vidrio y otros materiales. Incluir a los estudiantes en estas prácticas también les enseña la importancia de separar y gestionar adecuadamente los residuos.
Está en la lista, Compostar y es que las universidades pueden implementar un sistema de compostaje para residuos de alimentos como restos de frutas y verduras. Esto no solo reduce la cantidad de basura, sino que también puede generar composta que se puede utilizar para mejorar los jardines y áreas verdes del centro educativo.
Entre los beneficios de aplicar las 5R en las escuelas están:
Conciencia ambiental: Los estudiantes aprenden sobre la sostenibilidad y cómo sus decisiones de consumo impactan el planeta, asimismo estas prácticas pueden ser una forma efectiva de enseñar a los estudiantes sobre el manejo de los recursos y la importancia de la economía circular.
Como ejemplos de aplicación en las escuelas están:
Proyectos de reciclaje: Los estudiantes pueden crear estaciones de reciclaje en toda la escuela, involucrándose en la recolección y clasificación de residuos.
Talleres de compostaje: Las escuelas pueden enseñar a los estudiantes cómo compostar los residuos orgánicos y utilizarlos para abonar jardines escolares.
Campañas de sensibilización: Se pueden organizar campañas para concienciar sobre la importancia de rechazar productos desechables, reducir el uso de plásticos y reutilizar materiales.