Nuevas observaciones del telescopio James Webb han proporcionado detalles asombrosos sobre Firefly Sparkle, una galaxia que nació 600 millones de años después del Big Bang. Los hallazgos, publicados en Nature, arrojan luz sobre los procesos de formación de galaxias.
Firefly Sparkle fue inicialmente detectada por el telescopio Hubble, pero la avanzada tecnología del James Webb permitió un análisis más detallado, utilizando espectrometría y lentes gravitatorias. Este efecto amplifica la luz de objetos lejanos, facilitando su estudio.
El equipo internacional de astrónomos liderado por Lamiya Mowla y Kartheik Iyer determinó que esta galaxia se formó cuando el universo tenía solo el 5% de su edad actual. Aunque más pequeña que la Vía Láctea, su estudio ayuda a comprender los primeros procesos de formación galáctica.
El James Webb, operando en el infrarrojo, ha demostrado ser una herramienta invaluable para explorar galaxias de baja masa, ampliando el conocimiento sobre el universo temprano.
Estos hallazgos subrayan la importancia de la investigación astronómica para entender nuestro lugar en el cosmos, utilizando tecnologías que superan los límites de la observación tradicional.