Por Gerardo Hernández Ibarra
En el paradigma de la forma de gobernar del nuevo régimen, nos encontramos entre otros temas la desaparición de fideicomisos y fondos que habían perdurado algunos por muchos años y cumplían con funciones especificas (no exentos de desviaciones y susceptibles de ser corregidos) otras tenían menos tiempo en haber sido constituidos, en este caso nos referiremos a dos fondos en especifico al Fondo de Desastres Naturales (Fonden) y al Fondo para la Prevención de Desastres Naturales (Fopreden); es el caso que el primero inicio su extinción el 1 de enero del 2021 cuando se mando congelar sus recursos de todo tipo y empezó la transferencia de dichos recursos a la Tesorería de la Federación, esto no significa que ese año no se asignaron recursos al Fonden y al Fopreden para cubrir el periodo que duro su extinción. Para muchos conocedores de la materia de la Protección Civil es un despropósito que en esta masificación de la desaparición de fideicomisos se haya determinado incluir estos dos fondos, que tenían fines bien determinados y sobre todo de apoyo a la población civil en el caso muy probable de algún desastre natural.
Es fácil de explicar las nefastas consecuencias de haber desarticulado los recursos existentes y sus reglas de operación, así como los mecanismos para llevar a cabo las declaratorias de emergencia, en fin, que estas políticas publicas que tuvieron como eje creador los desafortunados sismos del año 1985, hayan sido desarticuladas en su conjunto 38 años después, pareciera que nomas por el hecho de declarar en lo general que todos los fideicomisos estaban contaminados de corrupción (no se debe totalizar y en casos concretos se debió corregir, no desaparecer) lo del despropósito mencionado en el párrafo anterior, es el menor de los calificativos negativos que se pueden utilizar en este caso, pareciera como si no hubiera forma de curar el árbol, solo talarlo; y ahora ¿Qué está sucediendo durante las consecuencias de los desastres naturales? hoy se viven los resultados de esta errónea decisión, solo para que parezca ¡que no somos iguales!
Tan es necesario no haber desaparecido el Fonden y el Fopreden que en días pasados (el 3 de octubre apareció en la Gaceta Parlamentaria) donde el titular del Poder Ejecutivo Federal envió a la Cámara de Diputados una iniciativa para crear la Ley General de Protección Civil y Gestión del Riesgo de Desastres, hubo quien se alegró y parecía algo similar a la corrección de la creación del Insabi, se creyó se enmendaba el camino; pero no, grande fue la sorpresa a conocer a detalle la iniciativa de ley, que el espíritu de la misma tiene como finalidad que las entidades federativas carguen con la responsabilidad de tener disponibles los suficientes recursos económicos, para atender los desastres y las emergencias de sus respectivos estados; sus presupuestos estatales deberán contar anualmente con la disponibilidad presupuestal para la atención de la población y la infraestructura urbana, que se vayan requiriendo en caso de emergencias que pudieran presentarse; lo que es todavía de mayor alcance, es que esta iniciativa de ley contempla que será obligación exclusiva de los estados y los municipios de contratar la cobertura de seguros e instrumentos de administración y transferencia de riesgos de desastres, para cubrir los daños causados.
Entre otros temas la iniciativa en comento también incluye la sustitución de las declaratorias de emergencia y desastres por la figura de los acuerdos, que contendrán una situación de emergencia con una vigencia especifica (existen daños de los sismos del año 1985, que aun no han sido reparados); solo para dar un ejemplo de lo bondadoso para la población de la existencia del Fonden y el Fopreden; del año 2013 al 2018 se emitieron 754 declaratorias de emergencias y desastres en el territorio nacional, del año 2019 al primer semestre del 2023 solo se han emitido 246 declaratorias y ni modo que el país y sus características geológicas y de climas haya cambiado sustancialmente durante dicho periodo; se puede mencionar que la iniciativa conserva el Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) como eje central del tema, pero desaparece el Consejo Consultivo Permanente de Protección Civil; incluye en el Consejo Nacional de Protección Civil a los titulares de las entidades de la administración publica federal (deja el compromiso de los recursos económicos en los estados y municipios, pero, si quiere seguir interviniendo). No se sabe que decisión tomaran los legisladores con respecto a esta iniciativa de ley, pero lo que si queda claro es que tan era necesario que permanecieran el Fonden y el Fopreden, que ahora se sacan de la manga esta iniciativa y según el gobierno federal se corrige el error, dejando ahora la responsabilidad presupuestaria a los estados y de alguna forma también a los municipios.
Esperamos que las autoridades locales sepan defender sus presupuestos actuales y que negocien dar una vuelta a la página hacia atrás y regresan los casi insustituibles Fonden y Fopreden, de lo contrario estaremos ante ¡un abuso mayúsculo hacia los exiguos dineros de los habitantes de los estados y los municipios!
Frase para reflexionar:
“Tu mejor maestro es la última equivocación que tuviste”
Ralph Nader, activista y político estadounidense (1934-)