Un tesoro compuesto por 420 piezas de oro, esmeraldas y diamantes, perteneciente a un galeón español del siglo XVIII, ha encendido una disputa internacional. El descubrimiento, realizado en el Arrecife Alacranes, al Sureste de México, ha llamado la atención de expertos de México, España y Colombia, quienes actualmente estudian este hallazgo histórico.
Este tesoro, que ha sido bautizado como el “Tesoro de Alacranes”, representa solo el 1% de la carga total del galeón naufragado. La investigación está a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, que colabora con especialistas internacionales para desentrañar los secretos de este descubrimiento.
El naufragio data de finales del siglo XVIII y forma parte de la Flota de las Indias, un conjunto de barcos que transportaban riquezas del Nuevo Mundo hacia Europa. Helena Barba, arqueóloga del INAH, explicó que el hallazgo se realizó en 2018 y que apenas se ha explorado un 5% del arrecife. Se cree que gran parte de la carga restante está sepultada bajo corales de fuego.
Este descubrimiento no solo es importante por el valor de las piezas encontradas, sino también porque arroja luz sobre las rutas navales y el comercio entre el virreinato del Perú y España, aportando información crucial sobre la vida en el siglo XVIII.
ntre los objetos descubiertos se encuentran anillos, relicarios, rosarios, botones, hebillas de zapatos, y hasta 15 mondadientes de oro adornados con gemas. Los investigadores han determinado que el oro es de 24 quilates, lo que sugiere que su origen puede ser Colombia, Venezuela, Panamá o incluso México. Por su parte, los diamantes hallados podrían provenir de Brasil, un importante centro de extracción de gemas en aquella época.
El tesoro está actualmente en exhibición en el Museo de Arqueología Subacuática en Campeche, México, atrayendo la atención de la comunidad internacional debido a su valor histórico y material.
El descubrimiento del Tesoro de Alacranes ha desatado una controversia diplomática entre México y España, ya que ambos países reclaman su propiedad.
España argumenta que, al ser un galeón de la Flota de las Indias, y habiendo sido construido por encargo del gobierno de Carlos II, las riquezas transportadas le pertenecen. Esta flota tenía la responsabilidad de llevar las riquezas de las colonias americanas a Europa, lo que, según las autoridades españolas, legitima su reclamo sobre el tesoro.
Por otro lado, México sostiene que el hallazgo fue realizado en sus aguas territoriales, y que, de acuerdo con la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, todo hallazgo de valor histórico en territorio nacional forma parte de su patrimonio cultural.
Colombia también ha mostrado interés en el tesoro, ya que el galeón San José, relacionado con la Flota de Tierra Firme, está vinculado a las rutas comerciales entre América y España.
Mientras la disputa sobre la propiedad del tesoro continúa, los especialistas siguen analizando las piezas y explorando el arrecife. Se espera que los trabajos arqueológicos avancen en los próximos años, y que se pueda recuperar una mayor parte de la carga del naufragio.
La colaboración entre México, España y otros países involucrados será clave para resolver la controversia, ya que la situación requiere un enfoque tanto legal como arqueológico.
Más allá de su valor económico, el Tesoro de Alacranes tiene un enorme significado histórico, pues aporta información sobre las rutas comerciales y el intercambio cultural entre América y Europa en el siglo XVIII. Este hallazgo refuerza la importancia de las investigaciones arqueológicas subacuáticas y subraya la necesidad de proteger el patrimonio cultural bajo el mar.
El desenlace de esta disputa internacional podría sentar precedentes importantes sobre la propiedad de los tesoros arqueológicos y los derechos sobre descubrimientos en aguas territoriales.
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