Todos los canales de la televisión pública, a lo largo y ancho de Rusia, abrieron sus noticiarios este viernes con reportajes sobre el comienzo de la votación de cinco días en los referendos de adhesión a la Federación Rusa de cuatro regiones secesionistas de Ucrania –Donietsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia–, que conforman una franja terrestre que une el territorio ruso con la península de Crimea, anexionada en 2014.
El tono festivo de los reportajes, que comienzan con las declaraciones de Denis Pushilin, gobernante prorruso de Donietsk, y de sus colegas de las otras tres regiones en el sentido de que “todo está transcurriendo como no podía ser de otra manera”, incluyó breves entrevistas a mujeres y ancianos, que agradecidos por lo que llamaron, algunos con lágrimas en los ojos, “el esperado regreso a casa”.
Hasta el siguiente martes, como informaron los enviados de la televisión moscovita, podrán votar –principalmente desde su propio domicilio adonde llevarán las urnas brigadas de voluntarios y policías, para que nadie diga que quiso sufragar y no pudo, según explicó una promotora del referendo en Lugansk–no sólo quienes se encuentran en esos territorios, sino también los refugiados que tuvieron que huir de los horrores de la guerra a Rusia, pero no podrán expresar su opinión quienes buscaron refugio en otros sitios.
“Para los ucranios que se encuentran aquí, en la extensa geografía de nuestro país -explicó el canal de TV Rossiya-1– se instalaron 200 casillas en numerosas ciudades, donde los refugiados sólo tienen que presentar su pasaporte y algún papel de domicilio en Ucrania” y, como demostración de lo anterior, apareció en pantalla una joven ucrania que, desde Yuzhno-Sajalin en el extremo oriente, dijo estar emocionada por poder depositar su voto en favor de la adhesión.
Varios canales afirmaron que –según datos del VSIOM (siglas en ruso del Instituto de Estudios de la Opinión Pública)– el “SI” obtendrá donde menos (Zaporiyia) el 86 por ciento y donde más (Donietsk) el 99 por ciento de los votos depositados, con lo cual, cuando terminen las formalidades de la incorporación, “Rusia tendrá cerca del 20 por ciento del territorio de Ucrania y unos 6 millones más de habitantes”.
En ese contexto, y para contrarrestar las recientes manifestaciones de protesta en 38 ciudades que concluyeron con mil 400 detenidos, el Kremlin organizó mítines de apoyo a los referendos con empleados de instituciones gubernamentales y empresas del sector público.
En Moscú, reportó la agencia TASS, donde se llevó a cabo el mitin más concurrido se reunieron, en céntrica plaza, “50 mil personas” bajo el lema de “¡No abandonamos a los nuestros!”, que adoptaron todos los portavoces del Kremlin para explicar el reciente intercambio asimétrico de prisioneros, calificado en Telegram de “algo peor que un crimen, peor que un error: una traición” por Igor Guirkin, conocido por su seudónimo Strelkov, quien en 2014 llegó a Ucrania desde Rusia para iniciar y encabezar el levantamiento armado en Donietsk.
Entretanto, la búsqueda de reclutas para cumplir las metas –al menos 300 mil soldados y oficiales de refuerzo– de la movilización parcial decretada por el presidente Vladimir Putin continúa sin descanso en toda Rusia.
Al recorrer el centro de Moscú no es raro ver, sobre todo junto a las entradas a las estaciones del Metro, patrullas de uniformados que piden identificarse a hombres, preferentemente de entre 30 y 50 años de edad, para comprobar en sus tabletas si figuran en la “lista de reservistas” elaborada por el ministerio de Defensa, a partir de las recomendaciones que el gobierno exigió a las empresas e instituciones.
La dependencia castrense tuvo que hacer dos precisiones sobre la movilización parcial –que no presentarse en una comisaría militar tras recibir el citatorio no implica todavía fincar responsabilidad penal, sino una multa del equivalente de mil pesos, y que no se iba a reclutar a empleados de bancos, informáticos y periodistas que “realicen actividades que el Estado considere indispensables”–, pero no disiparon las preocupaciones de la gente, toda vez que corre el rumor, desmentido por las autoridades, de que están intentando reclutar a cualquiera que tenga edad de servir en el ejército.
Se difunden a través de las redes sociales videos que muestran que no se están cumpliendo los requisitos que diseñaron los estrategas militares para calmar los ánimos en la sociedad y reclutar, en primer lugar, “sólo a reservistas con experiencia en el ejército”.
Incluso se ha intentado llamar a filas a ya fallecidos, como consta en los citatorios que exhiben en sus cuentas los familiares, y no son pocos los casos de personas que recibieron el temido papelito a pesar de nunca haber hecho el servicio militar al estar exentos por razones de salud.
El experto militar Yuri Fiodorov cree que los centros de reclutamiento –que asevera se están haciendo un lío con la movilización parcial sin terminar todavía de incorporar a los 137 mil soldados y oficiales que por decreto, a partir del 1 de enero de 2023, deben formar parte del número permanente de efectivos del ejército–, sí podrán reunir en los próximos meses 300 mil reservistas.
Pero Fiodorov tiene serias dudas de que reciban la preparación adecuada para poder ser mandados a los campos de batalla, no antes de la primavera próxima, y mucho menos está seguro de que el ejército ruso encuentre los cerca de 30 mil oficiales adicionales que se requieren para dar órdenes a las tropas.
LaJornada