El presidente ruso Vladimir Putin declaró este miércoles la instauración de la ley marcial en las cuatro regiones ucranianas que reclama como propias tras los referéndums ilegales celebrados en septiembre: Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón.
También emitió un decreto que restringe la entrada y salida de ocho regiones colindantes con Ucrania.
Putin anunció la medida en una reunión de su Consejo de Seguridad, transmitida por televisión y será a partir del jueves cuando entre en vigor.
La decisión del presidente ruso ocurre al tiempo en que Rusia instó a los residentes de Jersón a evacuar ante un supuesto intento de Ucrania por retomar la ciudad.
“Les pido que tomen mis palabras en serio y que las interpreten como un llamado a evacuar lo más rápido posible”, dijo Kirill Stremousov, subjefe de la administración local respaldada por Rusia.
Ocho meses después de ser invadida, Ucrania está llevando a cabo importantes contraofensivas en el este y el sur para intentar apoderarse de la mayor cantidad de territorio posible antes del invierno.
Jersón es el centro de población más grande incautado por Moscú en lo que llama su “operación militar especial” en Ucrania desde que comenzó el 24 de febrero.
La ciudad está en un territorio que, según el presidente Vladimir Putin, ahora está incorporado formalmente a Rusia, un movimiento que Ucrania y Occidente no reconoce.
“No planeamos entregar la ciudad, resistiremos hasta el último momento”, reiteró Stremousov.
La agencia de noticias TASS informó que el jefe general de la región de Jersón, instalado por Rusia, dijo que entre 50,000 y 60,000 personas serían evacuadas a Rusia y a la orilla izquierda del río Dniéper en los próximos seis días. La ciudad tenía una población de alrededor de 280,000 personas antes de la guerra, pero muchas de ellas han huido desde entonces.
La ley marcial es un estado de excepción en el que se imponen restricciones duras. Limita la libertad de movimiento y expresión, de reunión y manifestación o el derecho a la privacidad en las conversaciones, entre otras medidas.
Además, implica que se impone el estado militar en todo el territorio y las funciones civiles del país quedan en manos de su Ejército.
Así, Rusia reivindica su derecho a aplicar todas sus leyes sobre las regiones ocupadas, aunque ni siquiera controla todo su territorio.
Aristegui