El presidente Andrés Manuel López Obrador acelerará la supervisión de las obras que su gobierno tiene en marcha ante el inicio del último tercio de su sexenio.
Al firmar un decreto que restituye 30 mil hectáreas de tierras al pueblo Yaqui en Guaymas, Sonora, el mandatario anunció que estará visitando esta región cada tres meses para garantizar que se concluyan las obras pendientes, tal como lo está haciendo cada 15 días con el Tren Maya.
«Ya se nos está terminando el tiempo, ya nos quedan 23 meses, yo tengo que entregar la presidencia a finales de septiembre del 24, entonces no quiero dejar nada pendiente, quiero cumplir», dijo.
Ante las reflexiones del mandatario, una mujer le gritó en medio de su discurso: «¡No queremos que se vaya!».
«Me tengo que ir porque precisamente soy maderista y Madero decía: ‘Sufragio efectivo, no releección'», respondió López Obrador.
Sin embargo, esto le dio oportunidad para pedirle a sus simpatizantes confianza porque va a haber continuidad con cambio al terminar su administración, pero, además, aseguró que ya están establecidas las bases de la transformación y, sobre todo, el cambio de mentalidad en la población.
Reiteró que se va a jubilar porque tiene «como nueve enfermedades», según las filtraciones derivadas del hackeo al ejército y terminando su periodo «hay buenos elementos, hombres y mujeres para entregarles la estafeta».
«No nos preocupemos porque vamos a avanzar 23 meses, trabajando 16 horas diarias, sin descanso ni sábado ni domingo, es como el doble, en vez de 23 meses, pues son 46 si nos apuramos.
Además, ya empezaron todos los proyectos, nada más es cosa de que nos sigan ayudando los gobernadores y todas las autoridades tradicionales de los pueblos yaquis para que no haya demora y podamos avanzar, avanzar, avanzar todo lo que se pueda», destacó.
En el caso del presupuesto, el Presidente consideró que, de ahora en adelante, será más difícil que el presupuesto quede en «los de arriba» y no se le entregue al pueblo, como sucede actualmente.
«El que tiene poder para humillar ese es un pobre diablo. El poder es para servir a nuestros semejantes y por eso les digo gracias porque me hacen feliz sirviendo. Y vamos hacia adelante».
En tanto, en el acto se entregaron 29 mil 241 hectáreas en restitución y resarcimiento a favor del pueblo yaqui. Los polígonos de tierra están ubicados en los municipios de Guaymas y Cajeme.
El primer mandatario subrayó que nunca debe olvidarse el despojo, el sufrimiento y las masacres padecidas por los pueblos originarios durante la dictadura de Porfirio Díaz, especialmente los yaquis, víctimas de una guerra de exterminio.
«Hacer justicia en los pueblos yaquis es un homenaje a todos los que perdieron la vida, los que lucharon en la Revolución por la justicia, por la libertad, por la democracia, por la soberanía nacional».
Milenio