La guerra en Ucrania incrementó el peligro del uso de armas de destrucción masiva, incluidas las químicas, advirtió este lunes el jefe del organismo internacional encargado de controlar este tipo de armamento.
«La situación en Ucrania volvió a aumentar la amenaza real de las armas de destrucción masiva, incluidas las químicas», declaró el presidente de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), Fernando Arias.
Según este diplomático español, la OPAQ sigue de cerca la situación en Ucrania.
La invasión rusa «acentuó las tensiones existentes hasta tal punto de que ya no resulta una evidencia la unidad de la comunidad internacional sobre los desafíos mundiales vinculados a la seguridad y la paz internacionales», añadió Arias durante la reunión anual de este organismo, con sede en La Haya, Países Bajos.
Los órganos internacionales de desarme, como la OPAQ, «se convirtieron en lugares de confrontación y desacuerdo», lamentó Arias.
El presidente de la OPAQ recordó que Rusia y Ucrania formaban parte de los 193 países que «se comprometieron solemnemente y voluntariamente a que en ninguna circunstancia desarrollarían, producirían, adquirirían, almacenarían o utilizarían armas químicas».
A pesar de ello, las autoridades ucranianas y rusas se acusaron mutuamente durante los últimos meses de un posible uso de armas nucleares, químicas y biológicas.
La OPAQ también reprochó a Siria, aliada de Rusia, «de graves incumplimientos» ante las peticiones del organismo internacional.
El gobierno sirio, según Arias, denegó un visado a un inspector de la OPAQ y no tuvo en cuenta las medidas pedidas por la organización internacional.
El ejército sirio niega haber utilizado armas químicas y afirma haber dado sus reservas de estas municiones, según lo acordado en 2013, tras un ataque supuestamente con gas sarín que provocó la muerte de mil 400 personas en Guta, en la periferia de Damasco.
Milenio