El primer ministro de Perú, Alberto Otárola, informó este martes que un suboficial de la Policía Nacional (PNP) murió tras ser «quemado vivo» por una turba que lo atacó en la ciudad sur andina de Juliaca, donde el lunes murieron otras 17 personas en manifestaciones antigubernamentales.
«Se constituye al lugar de los hechos la Policía y constata que un policía fue golpeado y maniatado y el otro, el subalterno de segunda José Luis Soncco Quispe, ha fallecido, ha sido quemado vivo en su patrullero», aseguró Otárola durante su presentación ante el pleno del Congreso.
El primer ministro, quien acudió al hemiciclo para pedir la confirmación parlamentaria a su investidura, relató que los manifestantes retuvieron hacia la medianoche del martes un vehículo patrulla policial en una calle de Juliaca.
«En las inmediaciones del colegio San Martín, en la urbanización Colmena en Juliaca, un grupo de manifestantes retuvo a la unidad móvil de la unidad de emergencia de la PNP, conformada por una tripulación de dos suboficiales, quienes fueron agredidos a mansalva por los manifestantes», señaló.
Tras indicar que «deplora» este ataque, hizo un llamado «al orden, a la paz y a la tranquilidad de todos los peruanos» y anunció que este miércoles se ha decretado un día de «duelo nacional».
Otárola aseguró, además, que las autoridades del Ejecutivo darán «todas las facilidades» a la Fiscalía para que investigue las muertes en las manifestaciones.
Previamente, el jefe del comando operativo de la PNP, Jorge Luis Angulo, declaró al Canal N que el agente estaba a bordo de un vehículo cuando fue «secuestrado y posteriormente asesinado» y su cuerpo quedó «totalmente calcinado».
Angulo dijo que hay cuatro agentes de la PNP en estado crítico por otros enfrentamientos con manifestantes y lamentó «los altos niveles de violencia» en la región de Puno, así como los 17 fallecidos que dejó la violenta jornada del lunes.
Sobre la muerte del suboficial también se pronunció el fiscal superior Jorge Chávez Cotrina, quien es Coordinador de las Fiscalías especializadas contra el crimen organizado, y afirmó que el policía fue atacado «por una turba que ha incendiado el patrullero y quedó atrapado dentro y ha fallecido calcinado».
Al menos 17 manifestantes también murieron este lunes en la ciudad puneña de Juliaca en las protestas alrededor del aeropuerto de la localidad, además de un bebé que debía ser trasladado a un centro médico y no pudo llegar por los bloqueos, lo que elevó a 46 la cifra de decesos desde el pasado 11 de diciembre en todo el país.
Los manifestantes exigen la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, el cierre del Congreso, la convocatoria de una asamblea constituyente y el adelanto de elecciones generales a 2023.
En ese sentido, Otárola anunció este martes que el gobierno aprobó declarar un toque de queda nocturno por tres días en Puno «en salvaguardia de la vida, la integridad y libertad de todos los ciudadanos» de esa región.
ElUniversal