En un nuevo caso de violencia que ha aumentado la preocupación por la seguridad antes de las elecciones en Nigeria, hombres armados quemaron hasta la muerte a un sacerdote católico, además, hirieron a tiros a otro el domingo al noreste de ese país.
Los nigerianos votarán a un nuevo presidente el 25 de febrero, pero los secuestros para pedir rescate y los asesinatos cometidos por bandas armadas en el norte del país han hecho temer que los comicios no puedan celebrarse en algunas zonas.
El motivo del ataque no estaba claro, pero las bandas criminales ya habían atacado a sacerdotes en el norte, de mayoría musulmana.
Wasiu Abiodun, vocero de la policía del estado de Níger, declaró que hombres armados incendiaron la residencia del padre Isaac Achi, de la iglesia católica de San Pedro y San Pablo, en el área de Paikoro, tras no conseguir entrar al lugar durante la madrugada.
El padre Achi murió quemado, mientras que otro sacerdote, identificado como padre Collins, que se encontraba en la casa, resultó herido de bala cuando intentaba escapar. Se está recuperando en un hospital local, dijo Adiodun.
«Es un momento triste. Que maten a un sacerdote de esta manera significa que nadie está a salvo. Estos terroristas han perdido la cabeza y es necesario tomar medidas drásticas para poner fin a esta matanza», declaró el gobernador del estado de Níger, Sani Bello.
Milenio