Normalistas de Ayotzinapa se manifestaron este jueves en la oficina de representación en el estado de Guerrero del Instituto Nacional de Migración (INM), que se encuentra en la esquina de la avenida Costera Miguel Alemán con la calle Juan Sebastián Elcano de la colonia Costa Azul.
La movilización inició poco después de las 11 horas y fue encabezada por el sacerdote José Filiberto Velázquez Florencio, director del Centro de Derechos de Víctimas de Violencia Minerva Bello, perteneciente a la diócesis Chilpancingo-Chilapa, quien fue acompañado por agentes de pastoral de iglesias de la periferia de Acapulco.
Velázquez Florencio señaló que lo ocurrido el 27 de marzo en la estación migratoria de Ciudad Juárez, donde murieron 39 migrantes y 20 resultaron heridos debido a un incendio, es responsabilidad del Gobierno Federal y refleja la ausencia de protocolos y garantías para resguardar los derechos humanos de los migrantes.
Los normalistas colocaron cartulinas con mensajes de protesta en el INM, donde exclamaron consignas para protestar por la muerte de los extranjeros. Posteriormente el sacerdote Filiberto Velázquez encendió un sirio pascual y realizó una oración en memoria y respeto de los inmigrantes que han fallecido en el intento de tener una vida mejor, y para que las instituciones tengan una luz de humanidad en su trato con las personas.
La movilización concluyó alrededor de las 11:40 horas.
Velázquez Florencio acusó que lo ocurrido en Juárez obedece a una serie de omisiones de las autoridades, pues el “albergue” registraba sobrecupo.
Señaló que el Instituto de migración es policíaco y no de trámites, donde las estaciones migratorias funcionan como cárceles y se utilizan para privar de la libertad a las personas en su situación de movilidad.
Insistió que en estas condiciones no existen garantías para dar alojamiento y albergue, además de ocurrir la retención arbitraria de personas migrantes, sin estándares de seguridad, e indicó que en el caso de Acapulco son dos cuartos enrejados los que operan como estación migratoria.
El sacerdote lamentó que «esto que hicieron fue inhumano, dejar morir a personas cuando tenían la capacidad de evitarlo», y recriminó el uso de eufemismos de la autoridad para minimizar la gravedad de lo ocurrido y deslindar de responsabilidades al Instituto, al señalar que el incendio fue derivado de una protesta o motín, lo cual es revictimizar a quienes perdieron la vida.
Demandó que el hecho no quede en la impunidad, y exigió el cese del comisionado del INM, Francisco Garduño Yañez.
Por último, Velázquez Florencio acusó que el Estado es responsable de lo ocurrido, y señaló que la problemática es un lastre de gobiernos anteriores, al recordar el fallecimiento de 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas, en agosto de 2010, desastres que recalcó, «han ocurrido desde que México es perro guardián de los Estados Unidos».
LaJornada