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De la Torre, un alcalde recordado
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Maru Campos respalda a Luis Rivera
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Bonilla se lucirá en su informe
El pasado martes, el delegado federal Juan Carlos Loera de la Rosa sorprendió a propios y extraños al aparecer en la unidad administrativa Benito Juárez, sede del gobierno municipal de Juárez. Su visita no fue bien recibida por el presidente municipal Cruz Pérez Cuellar, quien lo considera su rival político número uno.
Loera de la Rosa se coló hasta el tercer piso de la presidencia, donde se celebraba una reunión de cabildo para entregar un reconocimiento al maestro Víctor Manuel Orozco Orozco.
En el elevador se encontró con el regidor Antonio Domínguez, quien le lanzó una indirecta al decir: “huele a azufre”. El delegado le respondió con otra broma sobre la falta de sus calcetines, y es que a “Pañalitos” Domínguez no le gusta usarlos. Unos cuantos segundos de dimes y diretes sin mayor trascendencia. Todo quedó en un arguende de elevador.
El momento fue incómodo y cómico a la vez. Los presentes no sabían si reír o llorar ante el intercambio de palabras entre los dos personajes. Lo que sí quedó claro es que Loera de la Rosa no fue bienvenido en palacio municipal.
Pérez Cuellar no le dirigió la palabra ni le estrechó la mano. Lo ignoró por completo y lo dejó solo en su esquina.
Loera de la Rosa se fue del lugar sin pena ni gloria. No logró nada con su visita. Solo consiguió ser el hazmerreír de los crucistas, que lo vieron como un intruso que se metió en la casa del enemigo.
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Ayer, los priistas de la capital rindieron homenaje al exalcalde Mario de la Torre Hernández por haber recuperado dos edificios históricos que ahora forman parte del patrimonio municipal.
La acción de De la Torre, que ocurrió en 1988, fue un acto de valor y patriotismo. Aprovechando la nacionalización de la banca, De la Torre le pidió al presidente Miguel de la Madrid Hurtado que le regresara a los chihuahuenses los dos inmuebles propiedad de Banamex y Bancomer, que hoy albergan la oficina principal del presidente municipal y al Cabildo.
Estos edificios fueron vendidos en 1865 para apoyar a Benito Juárez en su viaje que realizó de Chihuahua a esta frontera, con el objetivo de salvaguardar la República.
La recuperación de estos edificios fue un acto simbólico que rescató un importante legado histórico para la ciudad de Chihuahua.
Sin embargo, la ceremonia de reconocimiento a De la Torre fue un evento un tanto discreto. A ella asistieron el presidente del Comité Municipal del PRI, Alex Domínguez, y varios presidentes seccionales del partido. No estuvieron presentes los cinco diputados locales del PRI ni ningún exalcalde capitalino.
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La gobernadora del estado, Maru Campos, le dio un espaldarazo al rector de la Universidad Autónoma de Chihuahua, Luis Rivera Campos, al asistir como invitada especial a la toma de protesta de las nuevas mesas directivas de las sociedades de alumnos de las 15 facultades que integran a la UACH.
La presencia de la mandataria estatal en el campus II de la universidad fue una muestra de su interés y apoyo por la comunidad universitaria, que ha sido beneficiada por las acciones y proyectos impulsados por el rector Rivera.
Recordemos que Rivera ha logrado fortalecer a la UACH en diversos aspectos, como la investigación, la docencia, la extensión y la vinculación. También ha defendido los recursos y las becas de la universidad ante los recortes federales. Además, ha promovido la construcción del hospital universitario, una obra que contará con el respaldo de Maru Campos.
La gobernadora y el rector han demostrado tener una buena relación y una visión compartida sobre el papel de la UACH en el desarrollo del estado. Ambos han colaborado en diversos programas y eventos que benefician a los estudiantes y a la sociedad en general.
Por eso, el gesto de Maru Campos de asistir al evento del rector Rivera fue un acto de reconocimiento y solidaridad. Fue una forma de decirle al rector que no está solo y que cuenta con su apoyo. Fue también una forma de decirle a la UACH que es una prioridad para su gobierno.
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El próximo lunes, el alcalde de Chihuahua, Marco Bonilla, rendirá su segundo informe de trabajo en el Centro de Convenciones. Será una oportunidad para que el presidente municipal muestre sus logros y sus proyectos, pero también para que ponga a prueba su capacidad de convocatoria y su popularidad.
Bonilla tiene en mente su reelección y sabe que necesita el apoyo de los diferentes sectores políticos y sociales. Por eso, se espera que su informe sea un acto masivo y plural, donde estén presentes los representantes de los partidos, las organizaciones, los empresarios, los académicos y los ciudadanos.
Sin embargo, no todo es color de rosa para Bonilla. Su gestión ha tenido luces y sombras, aciertos y errores, avances y retrocesos. Entre los aspectos positivos, se puede destacar la construcción del distribuidor vial de la Nueva España y Fuentes Mares, el ordenamiento del sistema de recolección de basura, la renovación del alumbrado público y la adquisición de equipo para seguridad pública.
Pero también hay aspectos negativos que no se pueden ocultar. El principal es la inseguridad, que sigue siendo el problema más grave que aqueja a los chihuahuenses. Los robos a comercios, casas y vehículos siguen siendo frecuentes, así como el tráfico de drogas y la violencia. Bonilla no ha podido reducir estos delitos ni garantizar la tranquilidad de los habitantes.
Otro aspecto pendiente es el desarrollo social. Bonilla ha sido criticado por no realizar obras suficientes en las colonias pobres del sur de la ciudad, donde se concentra la mayor parte de la población. También ha sido cuestionado por no concretar el proyecto del relleno sanitario, que es una necesidad urgente para evitar la contaminación ambiental.
Bonilla tendrá que enfrentar estos retos y responder a estas críticas en su informe. Tendrá que demostrar que tiene la capacidad y la voluntad para resolver los problemas de la ciudad y para mejorar la calidad de vida de los chihuahuenses.