México está lleno de encanto y su lenguaje no se queda atrás.
Los chilangos hemos adoptado frases que repetimos una y otra vez, que además han pasado de generación en generación, pero, ¿realmente conocemos su origen?
Existen palabras como: tocayo, chamba, teporocho, bueno, o frases como: colgó los tenis, toco madera o ya me cayó el veinte que decimos naturalmente sin saber su historia, pero que aquí nos hemos encargado de averiguar para salir de dudas, justo como la frase de hoy que es: ‘Echar el chal’.
Echar el chal con las amigas, echar el chal con tu abuelita, con tu tía, tu papá, en fin, echar el chal, es esa frase que los mexicanos decimos para referirnos a que estamos conversando o ‘chismeando’ con otra persona, pero, ¿por qué ‘el chal’? ¿qué no un chal es una prenda de vestir? La respuesta es sí.
Origen de la frase mexicana echar el chal
De acuerdo con la RAE (Real Academia Española), un chal es ‘un paño de seda o lana, mucho más largo que ancho, y que, puesto en los hombros, sirve como abrigo o adorno’.
La palabra más común para referirse a un chal es el rebozo, aquella prenda que desde tiempos remotos usaban las mujeres cuando asistían a la iglesia, al mercado o las plazas públicas.
Si te gusta el Cine de Oro, notarás que en varias películas mexicanas las mujeres llevan esta característica prenda de moda.
Pero la pregunta es, ¿qué tiene que ver un rebozo o chal con la frase que hace referencia a una conversación?
Bueno, pues se dice que surgió cuando las mujeres se quedaban a platicar por horas y horas con sus amigas, vecinos o cualquier otra persona que se les cruzara en el camino.
A estas mujeres se les solía caer el chal de sus hombros durante la plática y volvían a ponérselo o ‘echárselo’ para volver a acomodarlo mientras contaban todos los chismes del pueblo.
De ahí surgio la famosa frase mexicana echar el chal.
Otra versión sugiere que antes en los pueblos se acostumbraba platicar afuera de las casas y cuando empezaba a hacer frío, la gente se ponía su chal para taparse.
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