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Ganó el candidato menos conocido, pero con más potencial
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El Cura Canales y Serrano representan el estilo viejo del PRI
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Un brindis por la nueva carrera de medicina
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Los transportistas nuevo dilema para Maru Campos
El panista Rogelio Loya es, sin duda, el hombre más feliz de Juárez en estos momentos. Tras varios ejercicios democráticos, se ha llevado el premio mayor que ofertó el PRIAN: la candidatura a la alcaldía de Juárez por el “Frente Amplio por Juárez”. En su camino hacia la victoria, dejó atrás a los “dinosaurios” priístas Enrique Serrano y al Curita Canales.
Lo que parece ser un evento afortunado para Loya podría convertirse en algo desafortunado el 2 de junio. Su nominación a la candidatura presenta una gran oportunidad, pero también esconde un gran peligro. El tigre que se llevó a casa podría tragar su humanidad de más de 1.90 metros de un solo bocado.
Tras las encuestas y el “focus group”, Roger se alzó con la victoria para convertirse en el abanderado del PRI, el PAN y el PRD para competir contra la marca Morena y su candidato, que aún no ha sido definido.
Rogelio Loya puede que no sea el más competitivo, puede que no tenga recursos para financiar una campaña, puede que no sea muy bueno para los discursos, puede que no tome decisiones informadas, ¡pero eso sí! Trae muchas ganas, muchas, pero muchas ganas.
Desde que empezó a moverse para buscar la candidatura al interior del blanquiazul, ha mostrado un liderazgo efectivo, una gran capacidad de inspirar, de motivar y guiar a sus compañeros de partido hacia su objetivo común que ayer se vio cristalizado con la candidatura.
Además, en todo este tiempo ha mostrado compromiso, responsabilidad en su manejo político y como servidor público a cargo de la Recaudación de Rentas. Loya tiene las tablas necesarias para ser el candidato, asimismo ha demostrado capacidad de liderazgo cercanía, humildad, sentido del humor, energía, capacidad de emocionar y empatizar.
Sin embargo, estas cualidades no son suficientes para ganar una elección. Ya tendrá tiempo para armar equipo, estrategia de campaña que le permitan dar la batalla a la 4 T. Todo un reto muy cuesta arriba.
El futuro de Rogelio Loya está por escribirse. ¿Será capaz de domar al tigre que se llevó a casa? ¿O será devorado por él? El 2 de junio tendremos la respuesta.
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Tras la designación de Rogelio Loya como el candidato a la presidencia municipal por el Frente Amplio por Juárez, los “grillos” empezaron a preguntar: ¿qué negociaron Enrique Serrano y José Luis “El Cura” Canales de la Vega para quedarse tranquilos y alinearse a la causa?
Las especulaciones no se hicieron esperar. Se rumorea que El Cura se postulará como regidor y Serrano como candidato plurinominal al Congreso local. Ambos sacaron a relucir su más arcaico estilo priísta para tratar de asegurarse un cargo de elección popular.
En los ejercicios que se realizaron para elegir al candidato a la presidencia municipal, el expresidente municipal Enrique Serrano salió con el más alto índice de conocimiento. Sin embargo, no le fue tan bien cuando se sometió al escrutinio de empresarios, activistas sociales y jóvenes que conformaron el focus group.
De El Cura ni hablar, le fue peor en la técnica del focus group. Canales de la Vega representa lo más viejo del PRI y aún en 2024 arrastra aquel estilo y narrativa priísta de los años ochenta. Los encargados de evaluarlos no los perdonaron. En contraste, a Loya le fue mejor en las valoraciones y eso le valió para ganar la candidatura, a pesar de que en conocimiento salió por debajo de Serrano.
Los directivos del PAN tomaron una buena decisión. Al final de la elección interna, decidieron apostar por Rogelio Loya. Aunque no es el más conocido, ni el que más votos podría obtener si hoy fuera la elección constitucional, en la campaña es el que más puede crecer, a diferencia de Serrano, que ya estaba en su límite.
Es válido tomar este tipo de riesgos con un candidato menos conocido, pero con más potencial de crecimiento electoral en una campaña. Vale la pena, especialmente con una elección que parece perdida de acuerdo con el panorama electoral actual de Ciudad Juárez.
En breve, Rogelio Loya tendrá que renunciar a su cargo como recaudador de rentas para dedicarse de lleno a preparar y aterrizar su campaña, que iniciará el 25 de abril.
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El rector de la UACH, Luis Alfonso Rivera Campos coincidió con la presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Chihuahua, Myriam Victoria Hernández Acosta, en un conocido restaurante propiedad del empresario Carlos Murguía ubicado en el Pronaf.
La magistrada parralense y el rector de la máxima casa de estudios no andaban en calidad de comensales solitarios, sino que ambos encabezaban una conferencia de prensa por separado. Rivera Campos viajó muy temprano de chihuahuitas tierras a Ciudad Juárez para estar con reporteros de la localidad.
En la platica con los representantes de los medios locales, el rector compartió la noticia de que en breve la UACH abrirá aquí la carrera de medicina. También habló sobre los proyectos que tiene la institución a través de la Facultad de Ciencias Agrotecnológicas (FACIATEC), con la producción de vinos.
De hecho, uno de los motivos de su visita a Juárez fue para entregar 50 vinos a su homólogo Juan Ignacio Camargo Nassar, rector de la UACJ, de la producción de sus viñedos experimentales de Ciudad Cuauhtémoc y Namiquipa. Los cábulas periodistas comentaron en tono de guasa que los vinos eran para minimizar los celos de la gante de la UACJ por la nueva carrera de medicina.
También realizó una visita a las instalaciones de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales para supervisar los inmuebles que albergaran los laboratorios para los nuevos estudiantes de medicina.
No hubo competencia entre el rector y la magistrada por la convocatoria a sus respectivas ruedas de prensa, pero gracias a los buenos oficios de la jefa de comunicación social de la UACH, Liz Vázquez y su “consigliere” Chapa García rebasaron el quórum.
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La gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, se encuentra en una encrucijada. Por un lado, los transportistas de carga, con justa razón, están furiosos por la inseguridad en las carreteras, especialmente después del asesinato de uno de ellos el pasado 9 de febrero. Por otro lado, está el derecho de los chihuahuenses al libre tránsito.
Los transportistas han programado una serie de protestas, incluyendo el cierre de carreteras y casetas de cobro. La Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos (Conatram) ha anunciado que tomarán las casetas el próximo 15 de febrero.
Ante esta situación, Campos ha pedido paciencia y solidaridad a los transportistas. Entiende su derecho a la libre expresión, pero también pide que entiendan el derecho de los chihuahuenses a poder circular libremente. Además, señala que estas protestas podrían afectar la economía del estado y detener emergencias de salud, abastecimiento y combustibles.
Por ello, la gobernadora ha pedido que se generen mesas de diálogo para llegar a acuerdos que no afecten a los chihuahuenses. Sin embargo, ¿es esto suficiente? ¿Puede realmente haber un equilibrio entre la seguridad de los transportistas y el libre tránsito de los chihuahuenses?
Estas son preguntas difíciles, pero necesarias. La seguridad en las carreteras es un problema que no puede ser ignorado. Pero tampoco podemos ignorar el derecho de los chihuahuenses a moverse libremente. Es un dilema que requiere una solución equilibrada y justa.
Esperamos que la gobernadora Maru Campos pueda encontrar esa solución. Porque al final del día, tanto los transportistas como los chihuahuenses merecen sentirse seguros y libres en su propio estado.
