La Corte Suprema de Estados Unidos suspendió temporalmente el lunes 4 de marzo una nueva ley de Texas que permite a la policía arrestar a inmigrantes que ingresan al país ilegalmente.
Además, preparó otro enfrentamiento legal sobre la autoridad del gobierno federal en materia de inmigración.
Horas después de que el Departamento de Justicia pidiera la intervención del tribunal superior, la institución bloqueó la entrada en vigor de la ley de inmigración de Texas hasta la próxima semana.
El tribunal superior también solicitó una respuesta del Estado antes del lunes 4 de marzo.
La solicitud de emergencia se produjo después de que un tribunal federal de apelaciones suspendiera durante el fin de semana el rechazo radical del juez de distrito estadunidense, David Ezra, a la ley firmada por el gobernador republicano Greg Abbott.
Quien durante meses ha revelado una serie de medidas, cada vez mayores, en la frontera que han puesto a prueba los límites de hasta dónde puede llegar un estado para impedir que los inmigrantes entren al país.
La ley entraría en vigor el sábado 9 de marzo a menos que interviniera la Corte Suprema.
Por otra parte, el Departamento de Justicia, dijo, al tribunal que la ley alteraría profundamente “el status quo que ha existido entre Estados Unidos y los Estados Unidos en el contexto de la inmigración durante casi 150 años”.
Continuó argumentando que la ley tendría “efectos adversos significativos e inmediatos” en la relación del país con México y “crearía caos” en la aplicación de las leyes federales de inmigración en Texas.
El viernes primero de marzo, activistas y migrantes en la frontera de México con Estados Unidos denunciaron que el Gobierno de Texas transformó el cerco de navajas y púas en el río Bravo o Grande en una barricada que ahora mide casi tres metros de altura pese al fallo que lo obligaba a quitarla.
El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, también reforzó el cerco de alambre de navajas, que antes medía metro y medio, con una malla ciclónica que hace prácticamente imposible el cruce a lo largo de tres kilómetros en la zona más frecuentada por los migrantes entre Ciudad Juárez, en México, y El Paso, en Estados Unidos.
Milenio