En la era digital, la privacidad en línea parece ser una ilusión. El caso de una familia en Winchester, Reino Unido, lo demuestra: sus búsquedas en Google los llevó a la cárcel por intento de asesinato.
La familia, compuesta por una mujer de 49 años y sus dos hijos, buscaba eliminar al abuelo, de 89 años, para obtener su herencia millonaria. Entre sus consultas en Google se encontraban: «posibilidades de envenenar a una persona de 89 años», «10 maneras fáciles de matar a alguien sin dejar rastro» y «¿Si golpeas a alguien en la parte posterior de la cabeza con un ladrillo se muere o simplemente le sale un moretón?».
Finalmente, atacaron al abuelo con una bolsa llena de ladrillos, pero este sobrevivió. La policía encontró las búsquedas incriminatorias en las computadoras de la familia, lo que llevó a la condena de la hija a 17 años de cárcel y al internamiento de sus hijos en una institución para jóvenes delincuentes.
Este caso no es aislado. La historia de búsqueda en Internet ha jugado un papel clave en la resolución de crímenes y la detención de personas.
Ejemplos:
Gilberto Valle, el «Caníbal de la Policía de Nueva York», fue arrestado por sus búsquedas en internet que incluían planes detallados para actos criminales.
Aftab Poonawala fue arrestado después de que la policía descubriera su historial de búsqueda en Google sobre cómo deshacerse de un cuerpo.
¿Cómo pueden las autoridades acceder a nuestro historial de navegación?
En Estados Unidos, la policía puede acceder a algunos datos de internet con una simple citación, pero necesitarían una orden de registro para obtener información más detallada. También pueden usar herramientas forenses móviles o instalar malware en el dispositivo de un sospechoso.