El despegue de una nave espacial rusa Soyuz MS-25, con tres tripulantes y con destino a la Estación Espacial Internacional (EEI), fue cancelado este jueves in extremis, anunció la agencia espacial rusa Roscosmos.
Este es un nuevo revés para el sector espacial ruso, que sufre desde hace años problemas de financiación, escándalos de corrupción y fracasos, como la pérdida en agosto de 2023 de la sonda lunar Luna-25.
La nave Soyuz MS-25 estaba a punto de despegar este jueves a las 13:21 GMT (16:21 en Moscú) cuando se anunció la anulación.
La tripulación estaba formada por la astronauta de la NASA Tracy Dyson, el veterano cosmonauta ruso Oleg Novitski y Marina Vasilevskaia, la primera cosmonauta bielorrusa.
«Hubo una cancelación automática del lanzamiento», indicó el controlador de vuelo en una transmisión en directo emitida por Roscosmos, segundos antes de que la nave despegara desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán.
El comentarista de la NASA, que también retransmitía en directo el lanzamiento, indicó que «no se produjo el arranque de la secuencia de motores que se espera normalmente en ese momento», veinte segundos antes del despegue.
«Se emitió la orden automática de abortar la cuenta atrás, poniendo fin al lanzamiento», añadió.
Según él, «los ingenieros ya están en la plataforma de lanzamiento para evaluar qué pudo desencadenar la interrupción», pero todavía se desconoce la causa exacta. «La tripulación está segura a bordo del vehículo Soyuz».
La NASA indicó que la próxima fecha posible de lanzamiento es el 23 de marzo.
El sector espacial ruso, históricamente el orgullo del país, viene sufriendo varios reveses embarazosos en los últimos años.
Tres naves rusas acopladas a su segmento de la EEI sufrieron fugas de refrigerante en los últimos meses. En agosto, la primera sonda rusa enviada a la Luna desde tiempos de la URSS se estrelló en el suelo lunar.
Estos fracasos no han frenado las ambiciones de Moscú, que quiere poner fin a su participación en la EEI después de 2024 para centrarse en la construcción de su propia estación espacial.
El sector espacial ruso también se ve limitado por su falta de innovación, ya que la mayoría de sus sistemas se basan en tecnologías soviéticas que, en general, son fiables, pero se están quedando anticuadas.
Durante mucho tiempo, las naves Soyuz fueron el único medio de llegar a la EEI, pero Roscosmos se ha enfrentado en los últimos años a la competencia de empresas privadas como SpaceX, del multimillonario Elon Musk.
La cooperación ruso-occidental en el sector espacial también se vio socavada por la ofensiva rusa contra Ucrania, lanzada en febrero de 2022, y las sanciones que la siguieron.
La Estación Espacial Internacional es uno de los pocos ámbitos de cooperación que quedan entre Rusia y Estados Unidos.
La nave Soyuz, cuyo despegue fue abortado este jueves, debía acoplarse al módulo Prichal, a su vez enganchado al módulo Nauka acoplado al segmento ruso de la EEI.
LaJornada