Los meteorólogos de la Universidad Estatal de Colorado (CSU) pronosticaron una temporada de huracanes ‘extremadamente activa’ en el Atlántico en 2024, debido a las cálidas temperaturas de la superficie del mar y a la menor cizalladura (deformación) del viento para disolver las tormentas en verano y otoño.
El pronóstico de la CSU, ampliamente seguido, prevé cinco grandes huracanes, o aquellos con vientos superiores a 111 millas por hora (178 km/h), de un total de 11 huracanes que forman parte de una proyección de 23 tormentas con nombre.
Las previsiones son seguidas de cerca por las comunidades costeras y las empresas energéticas. El Golfo de México representa el 15% de la producción total estadounidense de crudo y el 5% de la de gas natural seco, y casi el 50% de la capacidad nacional de refinado de petróleo reside en sus costas.
‘Anticipamos una probabilidad muy superior a la media de que grandes huracanes toquen tierra en la costa continental de Estados Unidos y en el Caribe’, dijo el CSU. En una temporada media de huracanes hay 14 tormentas con nombre, de las cuales siete se convierten en huracanes y tres en ciclones de gran intensidad.
El año pasado se formaron tres grandes huracanes entre siete huracanes y 20 tormentas con nombre, el cuarto mayor número de tormentas con nombre desde 1950. El más dañino, Idalia, destrozó la costa oeste de Florida y tocó tierra como huracán de categoría 3.
La previsión del CSU coincide con otras perspectivas iniciales. La semana pasada, AccuWeather dijo que había un 10-15% de probabilidades de 30 o más tormentas con nombre en la temporada de huracanes de 2024, que comienza el 1 de junio y se extiende hasta el 30 de noviembre.
Phil Klotzbach, autor principal del pronóstico de la CSU, dijo que 2024 parece similar a otras temporadas de huracanes muy activas. La base de su previsión son las temperaturas superficiales del mar por encima de la media que alimentan los huracanes y el inminente final del patrón meteorológico de El Niño, que trae vientos fuertes que pueden romper las tormentas en el Golfo de México y el Océano Atlántico.
Reuters