En un giro alarmante, la temida Enfermedad del Ciervo Zombi (CWD, por sus siglas en inglés) ha cobrado su primer tributo humano. Dos cazadores, según informes recientes, se convirtieron en las primeras víctimas mortales de esta misteriosa afección después de consumir carne de venado contaminada.
La CWD, una enfermedad devastadora que afecta a los ciervos y que se había temido que pudiera cruzar la barrera hacia los humanos, ha sido objeto de preocupación por parte de los investigadores durante años. Los síntomas característicos de la enfermedad incluyen confusión, babeo y una pérdida de miedo hacia los humanos en los ciervos infectados.
Un estudio reciente publicado en la revista Neurology ha planteado la posibilidad de que la CWD haya cruzado finalmente la especie. Se informa que uno de los cazadores, un hombre de 72 años, experimentó una rápida y preocupante progresión de síntomas, incluida confusión y agresión repentina, seguidas de convulsiones. A pesar de los esfuerzos médicos, su salud se deterioró rápidamente y falleció apenas un mes después.
El diagnóstico post mortem reveló que el hombre había desarrollado la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (CJD), una enfermedad neurodegenerativa a menudo comparada con la temida enfermedad de las vacas locas. La condición de su compañero de caza, quien también falleció a causa de la enfermedad, aún no se ha detallado completamente en el estudio.
Los investigadores señalan la posibilidad de que ambos cazadores, que habían consumido carne de una manada infectada, pudieran haber contraído la CWD. Esta enfermedad, apodada «enfermedad del ciervo zombie», se caracteriza por una degeneración lenta pero inevitable del cerebro, dejando áreas con una textura esponjosa. Los animales infectados suelen babear y mostrar miradas perdidas antes de sucumbir a la enfermedad.
Lo preocupante es que la CWD no tiene tratamientos ni vacunas disponibles en la actualidad, y su letalidad se estima en un alarmante 100%. Además, los síntomas pueden tardar más de un año en manifestarse en los animales infectados, lo que plantea desafíos adicionales para la detección temprana y la prevención.