En el pleno del Poder Legislativo, propuse acciones legales a través de la Ley de Igualdad entre Mujeres y Hombres, para garantizar el derecho a la igualdad salarial entre ambos géneros.
Y es que, a pesar de los avances en la lucha por los derechos femeninos, la brecha salarial persiste, en todas las latitudes.
Dicha disparidad tiene consecuencias negativas para promover la igualdad y su plena integración laboral y económica; además es injusto que las mujeres reciban un salario menor que los hombres por realizar el mismo trabajo o trabajos de igual valor.
Porque se socava la dignidad y el valor del trabajo de las mujeres, y perpetúa un sistema que favorece a un género sobre otro. La igualdad salarial, refleja el valor intrínseco de cada individuo, independientemente de su género.
Cuando las mujeres reciben un salario justo por su trabajo, tienen más recursos para invertir en ellas mismas, en sus familias y en sus comunidades. Esto conduce a un mayor empoderamiento económico de las mujeres, a una reducción de la pobreza y a un aumento del bienestar general.
Las autoridades deben profundizar en medidas y acciones concretas, en primer lugar, eliminando la discriminación de género en el lugar de trabajo y en todas las esferas de la sociedad.
Apoyando la conciliación entre la vida laboral y familiar, proporcionando medidas como el cuidado infantil asequible y el permiso parental remunerado.
Esto permite a las mujeres participar plenamente en el mercado laboral sin tener que sacrificar su vida personal y familiar.
Asimismo, es crucial promover el acceso de las mujeres a la educación y la capacitación en todos los niveles, especialmente en áreas donde tradicionalmente han estado subrepresentadas, como la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM).
Otra medida importante es promover la transparencia salarial en las empresas, lo que implica divulgar información sobre los salarios y los criterios utilizados para determinarlos. Esto permite identificar y abordar posibles disparidades salariales de género y garantizar que las mujeres reciban un salario justo por su trabajo.
Las mujeres chihuahuenses perciben un salario mensual promedio de 6 mil 739 pesos; mientras que los hombres ganan 8 mil 651 pesos, lo que representa una brecha de ingreso del 22.1% entre hombres y mujeres que habitan en el estado de Chihuahua, de acuerdo a datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, en la que se detalla que el 67.9% de las trabajadoras reciben entre uno y tres salarios mínimos.
El 61% de las mujeres trabaja en ocupaciones no remuneradas, como actividades dentro del hogar, en voluntariado, y otras similares.
En conclusión, garantizar la igualdad salarial entre mujeres y hombres y promover la plena integración laboral y económica de las mujeres es un imperativo moral y una condición indispensable para alcanzar un desarrollo sostenible e inclusivo. Para lograr este objetivo, es necesario adoptar medidas y acciones concretas en todas las esferas de la sociedad, desde el lugar de trabajo hasta las políticas gubernamentales. Solo entonces podremos construir un mundo donde cada persona, independientemente de su género, tenga la oportunidad de alcanzar su máximo potencial.
El artículo quedará redactado así:
Artículo 12. …
I.- al VII.- ….
VIII. Adoptar las medidas necesarias e implementar las acciones que se requieran para garantizar el derecho a la igualdad salarial entre mujeres y hombres, así como aquellas que sean indispensable para coadyuvar a la integración laboral y económica plena de las mujeres.