En la pequeña localidad francesa de Coulonces, el alcalde Daniel Marrière ha emitido una ordenanza inusual para hacer frente a las persistentes lluvias que han azotado la región.
«Nunca vi un tiempo así» en julio, declaró Marrière, quien describió las condiciones meteorológicas como extremadamente grises y lluviosas, obligando a los residentes a usar la luz eléctrica durante el día.
La agencia meteorológica Meteo France confirmó que esta primavera ha sido una de las más lluviosas desde 1959, con algunas regiones recibiendo el doble de la precipitación normal y un notable déficit de sol.
En respuesta, Marrière ordenó que «la lluvia cese» para mediados de julio y sea reemplazada por «una ligera brisa y un sol radiante».
Con un toque humorístico, también instó a los clérigos a comunicarse con el «más allá» para asegurar buen tiempo.