Por Carlos Angulo Parra
Existe una gran expectativa relacionada con las próximas elecciones en los Estados Unidos, más aún ahora que hubo un atentado en contra del virtual candidato del Partido Republicano, Donald Trump.
Estimo, sin embargo, que esa carrera aún está por definirse ya que existe fuerte oposición en contra de este personaje que, curiosamente, parece ser el preferido de nuestro presidente.
Existe una muy fuerte oposición a la candidatura de Trump y, por supuesto, al triunfo hacia la presidencia de los Estados Unidos. Una de ellas, es la que ha expresado el New York Times, en su reciente editorial institucional (escrita por el consejo editorial de dicho diario, con información de expertos e investigación y debate, basada en valores por largo tiempo establecidos, ajenos a los reportajes cotidianos. Esto,según se define por el propio diario).
Lo que quiero expresar en este artículo es la similitud de conductas que existe entre el expresidente Trump y nuestro presidente de México.
El editorial del Times establece las siguientes características de Trump:
Grave falta de respeto hacia la Constitución. Nuestro presidente se ha caracterizado por no respetar la Constitución desde su mandato como Jefe de Gobierno del Distrito Federal, cuando violó el amparo que protegía a los propietarios de un terreno ilegalmente expropiado por él. No se diga las constantes violaciones que ha tenido a nuestra Carta Magna, ahora como presidente de la República, que han provocado innumerables acciones de inconstitucionalidad promovidas por la oposición, que han venido siendo resueltas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en su mayoría favorablemente a los quejosos.
El Partido Republicano se interesa principalmente por los intereses de Trump que por los principios que tradicionalmente ha tenido a lo largo de su historia. En el caso del presidente de México, ha sido más que obvio que morena se ha interesado por la voluntad de su líder y fundador, haciendo caso omiso de múltiples principios que dicen respetar de la izquierda mexicana. Existen innumerables testimonios de pensadores de izquierda en México que han manifestado claramente que AMLO se ha apartado de dichos principios.
El expresidente Trump se ha caracterizado por la falta de respeto al Estado de Derecho. En el caso de nuestro presidente este comportamiento ha sido constante, no nada más en su conducta sino en sus manifestaciones al mencionar, “no me vengan con eso de que la ley es la ley”. AMLO tan detesta el Estado de Derecho que está haciendo todo un movimiento para destruir al Poder Judicial para someterlo a su capricho, a través de una reforma constitucional que hará que los procesos electorales sean manejados por un INE que perderá su autonomía y quedará sometido al Poder Ejecutivo, y que destruirá las minorías en el Congreso, dándole a morena la garantía de tener mayorías calificadas en el Congreso.
Trump miente abierta y maléficamente, no respeta a las mujeres y es un bully en contra de personajes bien evaluados por la sociedad. Es polarizante y aplica al efecto lenguaje incendiario. Como todos sabemos, nuestro presidente es un mitómano irredento, las estadísticas de sus mentiras en las famosas ruedas de prensa cotidianas llamadas “mañaneras”, suman miles de mentiras. La política verbal de AMLO está enfocada en polarizar a los mexicanos, dividiéndolos entre conservadores y liberales, como si estuviéramos viviendo en el siglo XIX, su lenguaje incendiario hace aún más dramática la división que genera.
El señor Trump no respeta los resultados electorales. Sabemos bien que AMLO ha estado obsesionado con la pérdida de su elección en el 2006, diciendo sin prueba alguna, que se le cometió un gran fraude electoral en esa elección y, que por ello, ha convertido al expresidente Calderón como su villano favorito. Así el expresidente Trump, ha negado su derrota en el 2020 en donde ganó el actual presidente Biden.
Trump admira a los autócratas, como Putin, Orban y Kim Jong-un. Así AMLO adora a Maduro, Díaz Canel y a Ortega, y no se diga a Evo Morales.
Trump expidió decretos por Twitter, como AMLO lo hizo por memoranda, en algunos casos tratando de cambiar la Constitución, como cuando lo hizo con la reforma educativa.
El expresidente Trump manejó la pandemia de forma irresponsable manejando teorías de la conspiración y noticias falsas, en contra de sus asesores. Nuestro presidente hizo lo mismo, aunque sus asesores de forma deplorable se pusieron a sus órdenes, generando con ello una gran tragedia nacional de más de 800,000 muertes que se pudieron evitar. Así, los Estados Unidos fueron catalogados por la OMC como uno de los países que peor manejó la pandemia.
El editorial del New York Times, tiene muchos ejemplos de la falta de probidad, capacidad y moral del que puede ser el próximo presidente de los Estados Unidos, que se asemeja mucho a nuestro actual presidente. Lo que pone de relieve el hecho de que nuestra virtual presidente electa Claudia Sheinbaum se está ciñendo en todo a lo que hace y desea hacer AMLO. Si esta situación se realiza en su gestión, tendremos en Norteamérica los peores gobiernos de la historia, con el agravante de que es más que claro que Trump no quiere a México, y estará dispuesto a destruir nuestra soberanía y a realizar actos inimaginables, y tendrá en frente una presidente con todo el poder de la autocracia que bien entre en una confrontación con Estados Unidos de proporciones incalculables o se someta a sus designios en detrimento de nuestros intereses.
