En una sesión pública que resonó en todo México, la magistrada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Janine Otálora Malassis, hizo una denuncia que podría tener profundas implicaciones para la democracia mexicana. Según la magistrada, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) habría utilizado su poder político de manera indebida durante el proceso electoral, favoreciendo abiertamente a Claudia Sheinbaum Pardo, quien fue confirmada como la primera presidenta electa de México.
Durante la sesión del 14 de agosto, Otálora explicó que la supuesta intervención de AMLO se materializó en más de 50 conferencias matutinas, en las que se evidenció un apoyo desmedido hacia Sheinbaum y ataques directos a Xóchitl Gálvez Ruiz, la candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México. «El presidente ha utilizado su poder político y los recursos públicos que acompañan a su cargo para intervenir indebidamente en el desarrollo del proceso electoral», expresó la magistrada, dejando en claro su preocupación por las posibles repercusiones de estas acciones.
Las conferencias mañaneras de AMLO, que han sido un pilar de su comunicación con el pueblo mexicano, se convirtieron, según Otálora, en un espacio donde se favoreció a una candidata sobre otra. Este uso del poder presidencial, argumentó, podría haber inclinado la balanza en favor de Sheinbaum, poniendo en riesgo la imparcialidad del proceso electoral.
A pesar de estas acusaciones, la magistrada reconoció que la ciudadanía mexicana expresó su voluntad de manera clara en las urnas el pasado 2 de junio. Sin embargo, advirtió que la intervención del Ejecutivo podría representar un retroceso en los avances democráticos y en los derechos humanos que México ha logrado en las últimas décadas.
Otálora fue contundente en su declaración: «La injerencia inconstitucional de un funcionario público contraviene este progreso ciudadano para revivir prácticas antidemocráticas del pasado». La magistrada advirtió que este tipo de acciones ponen en peligro la democracia en México, ya que podrían sentar un precedente negativo para futuras elecciones y la manera en que se ejerce el poder en el país.
La magistrada subrayó la importancia de que las leyes sean las que rijan los actos de los gobernantes, y no las decisiones políticas basadas en intereses particulares. Su intervención en la sesión pública dejó en claro que, aunque Sheinbaum haya sido declarada presidenta electa, el proceso que llevó a su elección no estuvo exento de irregularidades.
Finalmente, el TEPJF declaró oficialmente a Claudia Sheinbaum como presidenta electa de México, con un total de 35 millones 924 mil 519 votos, representando el 59.76% del total. A pesar de las impugnaciones presentadas, el Tribunal consideró que la elección se llevó a cabo conforme a los principios de certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, máxima publicidad y objetividad.
No obstante, las palabras de Otálora dejan una sombra sobre este proceso electoral. Si bien Sheinbaum ha sido reconocida como la primera mujer en alcanzar la presidencia de México, la intervención señalada por la magistrada pone en duda la integridad del proceso y abre un debate sobre el estado de la democracia en el país.
El caso de las conferencias mañaneras y el uso del poder presidencial en favor de un candidato deja una lección crucial para el futuro: la necesidad de reforzar las instituciones democráticas y garantizar que los procesos electorales sean verdaderamente libres y justos, sin la sombra de la intervención del poder.
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