Un maestro de educación física de 70 años, Robert Mitcham, fue arrestado en Luisiana después de presuntamente amenazar a sus alumnos de tercer grado con dispararles durante un altercado.
El incidente ocurrió en la Downsville Community Charter School, donde la conducta del educador ha desatado una ola de preocupación entre los padres y la comunidad.
Según informes, Mitcham les dijo a sus estudiantes que “tenía balas para su pistola” y que planeaba “llevarla a la escuela y disparar”.
Además, el maestro advirtió que “algunos de los estudiantes no sobrevivirían”, lo que generó un ambiente de miedo entre los niños.
Los testimonios de varios alumnos revelaron que Mitcham había declarado que “había demasiados de ustedes para deshacerse” y que “solo tenía seis balas”.
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La situación fue denunciada por un padre preocupado que reportó que su hijo y otros estudiantes se sentían asustados.
Esto llevó a que la Oficina del Sheriff de Union Parish iniciara una investigación dos días después del incidente.
Tras ser informado sobre el incidente, un estudiante mayor comunicó la situación a otro miembro del personal escolar.
Mitcham se disculpó, reconociendo su error y admitiendo que se sentía abrumado y solo quería que los niños se calmaran.
Sin embargo, su comportamiento ya había causado gran alarma.
El 12 de septiembre, se emitió una orden de arresto para Mitcham, quien fue fichado en el Centro de Detención de Union Parish y acusado de un cargo de terrorismo.
Su fianza se fijó en $15,000 y, mientras se espera el desenlace de su caso, se le ha prohibido el acceso al campus escolar.
En respuesta al incidente, los padres se reunieron en una Junta Directiva, donde expresaron su creciente preocupación por la falta de comunicación de la administración escolar.
Kimberly Chappell, madre de un estudiante, señaló: “Nosotros, como padres, merecemos saber qué está pasando en nuestra escuela”.
Muchos padres demandaron transparencia sobre los eventos que afectan a sus hijos y la seguridad en el entorno escolar.
El alcalde de Downsville, Reggie Skains, también asistió a la reunión y compartió su “decepción” por la falta de comunicación de la administración.
Por su parte, Tony Cain, el director de la escuela, afirmó que legalmente no podían comentar sobre el incidente.
Sin embargo, resaltó que las acusaciones presentadas por los padres no eran consistentes con los relatos de los estudiantes que presenciaron lo sucedido.
“Queremos dejar en claro que las denuncias del padre que informó a la Oficina del Sheriff de Union Parish y las que circulan en las redes sociales NO son consistentes con los relatos de primera mano proporcionados al personal escolar por los estudiantes que presenciaron el incidente. Tenemos confianza en que los estudiantes fueron veraces y precisos en su relato del incidente”
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