No cabe duda de que los juarenses son duros de entendederas. Y es que siempre que viene un proyecto de gran calado para la ciudad surgen las controversias, brotan las opiniones encontradas como una gran montaña rusa. Para muestras ahí está el anhelado y frustrado Centro de Convenciones.
Recientemente en redes sociales ocurrieron los encontronazos entre los fronterizos a raíz del anuncio de la construcción de un nuevo puente vehicular en la intersección de las avenidas Vicente Guerrero y Francisco Villa en la zona centro. El proyecto de obra pública es de Ferromex y del municipio de Juárez encabezado por Cruz Pérez Cuéllar.
El anuncio del proyecto fue rápidamente seguido por la desaprobación de los detractores del alcalde en redes sociales. Desencadenó una ola de opiniones encontradas, reflejando la complejidad de tomar decisiones de infraestructura en una ciudad tan necesitada de obras y de vialidades.
Este proyecto, destinado a mejorar el flujo vehicular y aliviar el tráfico causado por el tren en el primer cuadro de la ciudad, se ha convertido en un punto de debate que ha polarizado a la ciudadanía y a los actores económicos y políticos que están a favor y en contra.
El alcalde de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, ha defendido vehementemente la construcción del puente, argumentando que miles de personas se beneficiarán de esta obra largamente esperada.
Según Pérez Cuéllar, la resistencia a la construcción proviene de intereses comerciales específicos, particularmente del empresario Pablo Cuarón, dueño de la cadena de ferreterías Hágalo.
El alcalde acusa a Cuarón de instrumentalizar a organizaciones como Coparmex y Desarrollo Económico para proteger sus propios intereses empresariales, que se verían afectados por la ubicación del puente. Ayer miércoles Pablo ofreció una conferencia de prensa para oponerse a la construcción del puente elevado.
Por su parte Cuarón y algunos miembros de la Iniciativa Privada han planteado preocupaciones legítimas sobre el impacto del proyecto en el comercio local y la viabilidad de un puente en una zona tan céntrica. Entre las críticas, se destaca la falta de un adecuado cruce peatonal, lo cual es crucial en una zona con tanto tráfico de personas.
Muchos ven en el puente una solución necesaria para un problema de tráfico que ha afectado a la ciudad durante años, aliviando el congestionamiento causado por el tren y mejorando la seguridad vial.
Otros, sin embargo, temen que la construcción del puente genere más problemas de los que soluciona, como posibles accidentes debido a su inclinación y la falta de planificación para peatones.
El proyecto, que implica una inversión de 420 millones de pesos, según se ha informado, incluirá un puente vehicular de 7.5 metros de altura y 520 metros de longitud, así como un paso inferior de 440 metros.
No obstante, la distancia corta entre las calles Corregidora y el monumento a Juárez, que no supera los 200 metros, ha sido motivo de preocupación, ya que podría resultar en una bajada pronunciada y peligrosa, especialmente en temporadas de lluvias y nieve.
Más allá de los aspectos técnicos, la construcción del puente tiene implicaciones sociales y económicas significativas. La obra podría revitalizar el flujo comercial en el centro de la ciudad, haciendo más accesible una zona que muchos evitan debido al tráfico del tren.
Sin embargo, la falta de un plan claro para los peatones y ciclistas podría contrarrestar estos beneficios, al no proporcionar la infraestructura necesaria para una movilidad inclusiva.
Además, las críticas señalan que el dinero invertido podría ser mejor utilizado en proyectos a largo plazo, como la reubicación de las vías del tren fuera de la ciudad. Este enfoque, según algunos ciudadanos, proporcionaría una solución más integral y sostenible al problema del tráfico, pero también es una propuesta que requiere una inversión y planificación aún mayores.
Mientras que la administración municipal defiende el proyecto como un avance necesario, la oposición plantea preguntas válidas que subrayan la importancia de una planificación urbana inclusiva y bien fundamentada.
En última instancia, la solución al congestionamiento en Ciudad Juárez no puede ser una medida aislada. Requiere una visión holística que considere tanto las necesidades de movilidad vehicular como las de peatones y ciclistas, así como un diálogo continuo entre las autoridades, los empresarios y la ciudadanía para encontrar el punto medio que permita avanzar hacia una ciudad más accesible y armoniosa para todos. Y es que según trascendió el proyecto no fue socializado con los diversos sectores.
