El Ejército de Corea del Sur informó este martes que las autoridades norcoreanas realizaron varias explosiones controladas para destruir varios tramos de las carreteras que conectan ambos países, una medida que llega después de que Pyongyang amenazara con el cierre “permanente” de la frontera ‘de facto’ entre Corea del Norte y Corea del Sur.
“Corea del Norte ha hecho explotar partes de la línea Gyeongui (oeste) y la línea Donghae (este), al norte de la Línea de Demarcación Militar”, reza un comunicado del Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur recogido por la agencia de noticias Yonhap, que señala que el Ejército ha procedido a reforzar su postura de vigilancia y preparación ante un posible aumento de la tensión.
Las fuerzas de seguridad surcoreanas alertaron que Corea del Norte está, además, desplegando “equipamiento pesado” en las inmediaciones, si bien descartaron que se hayan registrado víctimas o heridos entre los militares surcoreanos a causa de las explosiones.
“Nuestro Ejército ha respondido abriendo fuego contra la zona situada al sur de la Línea de Demarcación Militar”, afirmó en relación con la frontera ‘de facto’ que separa los dos países, que técnicamente siguen en guerra. “Estamos observando de cerca las actividades del Ejército de Corea del Norte (…) de forma coordinada con Estados Unidos”, puntualizó.
La destrucción de estas infraestructuras supone para Corea del Sur una pérdida de unos 176,800 millones de wones (alrededor de 120 millones de euros), según indicó la citada agencia, que apunta a que las autoridades norcoreanas han puesto en marcha “trabajos de fortificación” en esas carreteras intercoreanas.
Ambos países están conectados por carreteras y líneas ferroviarias a través de la línea Gyeongui, que conecta la ciudad fronteriza surcoreana de Paju con la norcoreana Kaesong, y la línea Donghae, a lo largo de la costa este de la península de Corea.
Ya el pasado 9 de octubre, las fuerzas norcoreanas anunciaron su intención de cortar estas carreteras para “poner en marcha un proceso de fortificación con fuertes estructuras defensivas”.
Corea del Norte ha estado cortando rutas terrestres entre las dos Coreas desde que su líder, Kim Jong Un, definió las relaciones intercoreanas como “relaciones hostiles entre dos países”. Desde entonces, Seúl ha acusado a Pyongyang de colocar minas en la zona, entre otras cuestiones.
En mayo, los efectivos norcoreanos comenzaron a retirar infraestructuras ferroviarias en la línea de Donghae, además de puntos de luz y vallas. Posteriormente, desmantelaron una cochera de la línea de Gyeonghi.
La decisión de Corea del Norte llega ahora en pleno aumento de la tensión, especialmente tras el envío de numerosos globos con basura por parte de Corea del Norte al otro lado de la frontera. Seúl reanudó además en junio las retransmisiones de propaganda mediante altavoces en la frontera por primera vez en seis años, así como sus maniobras con fuego real cerca de la frontera, unas actividades a las que se suman las maniobras militares conjuntas con Estados Unidos.
Además, Kim convocó el lunes una reunión de seguridad para abordar la supuesta incursión de drones surcoreanos en el territorio norcoreano, un asunto que ha tildado de “grave provocación” y de una “violación de la soberanía” de Corea del Norte, si bien Seúl insiste en que no se produjeron tales despliegues.
Las autoridades norcoreanas han estado también incrementando sus lanzamientos de misiles balísticos y otros proyectiles durante los últimos años, unas operaciones que describen como “advertencias” ante las acciones de Seúl, con quien no ha firmado aún un acuerdo de paz a pesar de que la guerra de Corea finalizó en 1953 con un armisticio.
Reuters