Tras haber pasado una segunda noche sumida en la oscuridad, Cuba se encuentra este domingo en una carrera contrarreloj ante el inminente impacto del huracán Oscar, que se aproxima al este de la isla. El fenómeno natural avanza a 19 km/h por el Caribe, con vientos sostenidos de hasta 130 km/h.
Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, el huracán se encontraba a las 12:00 horas (tiempo local) a unos 185 kilómetros de Guantánamo.
Oscar llega en medio de una profunda crisis energética que afecta al país, que enfrenta apagones prolongados tras una avería en la principal central termoeléctrica el viernes pasado. El apagón dejó sin luz a gran parte de la población, afectando la rutina de millones de cubanos.
Las autoridades informaron que el “16% de los consumidores” ya contaban con electricidad, pero la situación sigue siendo crítica, especialmente tras una nueva desconexión en el subsistema de occidente.
El presidente Miguel Díaz-Canel aseguró que se trabaja arduamente tanto en la protección de la población ante el huracán, como en la recuperación del sistema eléctrico. Sin embargo, la situación es desalentadora para muchos, que enfrentan dificultades para realizar tareas básicas sin electricidad ni transporte público adecuado.
El apagón y la llegada del huracán agravan una situación ya precaria. Con un sistema eléctrico que depende de termoeléctricas desgastadas y una infraestructura que sufre por la falta de combustible debido al embargo estadounidense, Cuba vive su peor crisis económica en tres décadas. La falta de electricidad ha sido uno de los detonantes de las protestas sociales, sumándose a la escasez de alimentos y medicinas, así como a una inflación creciente.
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