A medida que los enfrentamientos entre Israel y sus enemigos en Gaza y Líbano continúan, los líderes militares israelíes han comenzado a enviar mensajes contundentes sobre la necesidad de una resolución política. Con el conflicto en un punto álgido y los recursos militares estirados al máximo, varios altos mandos han sugerido que la intervención del Ejército podría haber alcanzado su límite de efectividad en ambos frentes. Este llamado coincide con el anuncio del primer ministro libanés sobre la posibilidad de un alto el fuego inminente entre Hezbollah e Israel, según CNN.
El jefe del Estado Mayor de Israel, Herzi Halevi, recientemente señaló que la guerra en Líbano podría finalizar abruptamente. En una reunión con oficiales en el norte de Gaza, Halevi expresó que el conflicto en esa región también podría estar acercándose a su conclusión si logran eliminar a ciertos comandantes de Hamas. Estas declaraciones reflejan un tono de desgaste en los líderes militares, quienes han comenzado a cuestionar la continuidad de las operaciones y sus verdaderos logros estratégicos.
Mientras tanto, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, sigue enfocado en una “victoria absoluta” en Gaza, a pesar de que su ministro de Defensa, Yoav Gallant, ha calificado esta idea como “una tontería”. Gallant, quien ha mostrado escepticismo sobre el objetivo de una victoria completa, envió un memorando privado a Netanyahu y su gabinete señalando que el conflicto carece de dirección clara y que las decisiones del gobierno podrían estar socavando los logros obtenidos.
Además de las discrepancias internas, la opinión internacional juega un papel fundamental en la evolución del conflicto. Los dos principales candidatos a la presidencia de Estados Unidos han expresado su deseo de que la crisis en Gaza y Líbano no se convierta en una prioridad de la agenda cuando asuman el cargo. Este contexto ha dado más urgencia a las negociaciones indirectas entre Israel y Hamas en Qatar, que, aunque aún no han dado frutos significativos, reflejan una presión creciente por lograr al menos una tregua temporal para liberar a rehenes israelíes.
Por otro lado, la situación en Líbano podría ver una resolución anticipada. Según el primer ministro interino libanés, Najib Mikati, Hezbollah ha suavizado su postura, lo que permitiría que el conflicto en Líbano concluya sin esperar un fin total en Gaza. La visita del enviado estadounidense Amos Hochstein parece haber impulsado esta posibilidad, llevando a ambas partes a considerar un cese al fuego a corto plazo.
Las recientes palabras de Gallant también reflejan las dificultades de Israel para establecer objetivos claros en Gaza. Mientras que Netanyahu persiste en su visión de eliminar la capacidad militar de Hamas, Gallant sugirió que Israel debería enfocarse en la liberación de los rehenes restantes y en la estabilización de la región. Este enfoque más pragmático contrasta con el objetivo inicial de destruir por completo el control de Hamas en Gaza, lo cual parece cada vez menos viable dada la presión nacional e internacional.
Israel enfrenta un dilema: continuar con una campaña militar sin garantía de éxito absoluto o aceptar una tregua para poner fin a los conflictos en dos frentes. Con la Knesset retomando actividades y Netanyahu reafirmando su objetivo de “victoria absoluta”, el futuro de la región sigue siendo incierto.
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