Tokio, Japón — Shoji Morimoto, un joven japonés que alguna vez estudió Física y se especializó en terremotos, ha logrado lo impensable: convertirse en una figura viral en internet y ganar hasta 80 mil dólares al año sin realizar ninguna actividad laboral tradicional. Su ocupación, según explica, consiste en “no hacer nada”… literalmente.
En 2018, tras años de insatisfacción con su vida laboral convencional, Morimoto lanzó un inusual emprendimiento: alquilar su presencia a personas que solo necesitan compañía sin interacción activa. Bajo el nombre de “Rental Person” —o “persona de alquiler”— comenzó a ofrecer sus servicios por 10,000 yenes (unos 68 dólares) por sesión, cubriendo también transporte y comida.
“La gente solía decirme que en las fiestas no hacía nada y me sentía culpable. Hasta que pensé: ¿por qué no aprovechar eso?”, relató Morimoto en una entrevista.
Desde entonces, ha atendido más de 4,000 solicitudes, acompañando a clientes a citas médicas, audiencias de divorcio, caminatas por el parque o simplemente a tomar un café… sin hablar, opinar, ni intervenir. Su trabajo consiste, precisamente, en estar presente sin ser una carga.
A pesar de haber cumplido con los estándares sociales japoneses —título universitario, posgrado, empleo estable y familia—, Morimoto confesó sentirse vacío. A los 30 años, tras una frustrante experiencia en una editorial, decidió romper con la estructura rígida del mundo laboral japonés.
Aunque su modelo de negocios ha evolucionado, pasando de una tarifa fija a un esquema de contribución voluntaria, sus ingresos anuales pueden alcanzar los 80 mil dólares, permitiéndole mantener un estilo de vida cómodo junto a su esposa e hijos.
El fenómeno de Shoji Morimoto ha despertado tanto admiración como debate. Para algunos, representa una crítica silenciosa a la cultura del exceso de trabajo en Japón; para otros, una prueba de que el valor de la presencia humana no tiene precio. Morimoto, por su parte, sigue ofreciendo lo mismo: nada, pero con mucho sentido.