El récord de la misión más larga aún lo ostenta este mismo avión B-2; una misión llevada a cabo hace más de dos décadas y al inicio de la invasión estadounidense a Afganistán. La noche del 7 de octubre de 2001, menos de un mes después de los ataques terroristas del 11 de septiembre, una segunda oleada de bombarderos B-2 despegó de la misma base de Whiteman en dirección a Afganistán.
Estos aviones, junto con los bombarderos B-52, tenían como misión destruir las posiciones de defensa aérea de los talibanes y proporcionar superioridad aérea a las fuerzas de la coalición. Uno de los bombarderos B-2, llamado ‘The Spirit of America’, estaba pilotado por dos pilotos, Brian Neal y Mel Dale. En un artículo de 2014 para la USO, detallaron la misión.
Por razones de seguridad, la trayectoria de vuelo del bombardero fue diseñada para pasar directamente a través del Atlántico, desde el oeste y a través del Pacífico hasta Afganistán. También en la Operación Martillo de Medianoche, en junio de 2025, los bombarderos que evadieron los radares recorrieron la misma ruta, mientras que el equipo principal del lado este, de Atlantic Downs, entró en acción.
El bombardero estadounidense realizó su primer repostaje aéreo con un Boeing KC-135 cuatro horas después del despegue. Cuatro horas más tarde, volvió a repostar en el cielo. Los pilotos se turnaron para descansar en una pequeña cama detrás de los asientos de emergencia a lo largo de la ruta. La cabina del B-2 es tan pequeña que se dice en broma que las tiendas de campaña de los soldados en el campo de batalla son más espaciosas de lo que son.
La bomba, llamada Spirit of America, continuó su camino tres veces más: sobre Guam, el estrecho de Malaca y el océano Índico, cerca de la isla Diego García. Luego, girando hacia el norte, se dirigió a lo largo de la costa de la India en dirección a Afganistán.
La travesía del Pacífico duró más de 24 horas y, para mantener la vigilancia, la tripulación recibió una pastilla estimulante llamada ‘Wake Me Up’, que tomaron cuando se acercaban a la costa de Pakistán. Durante este tiempo, algunos objetivos de bombardeo habían cambiado y la mayoría de las bombas guiadas JDAM tuvieron que reprogramarse en el aire.
Tras alcanzar los cielos de Afganistán, el ‘Spirit of America’ permaneció en la zona durante unas dos horas, apuntando a objetivos específicos con gran precisión. La falta de un sistema avanzado de defensa aérea hizo que los talibanes ni siquiera se dieran cuenta de la llegada del avión que evadía el radar.
Una vez finalizada la primera fase de la operación y al abandonar la zona, el centro de mando envió una nueva misión para las cuatro bombas restantes. Los pilotos volvieron a repostar sobre el Mar Arábigo y regresaron a Afganistán. Esta etapa también duró unos 90 minutos.
Cuatro horas más tarde y tras otro repostaje, el bombardero B-2 se acercó a Diego García. Pero su aterrizaje se retrasó, ya que otro B-52 había declarado el estado de emergencia antes que ellos. Finalmente, tras 44 horas y 18 minutos de vuelo, el ‘Spirit of America’ aterrizó en la base.
Sin embargo, la misión del bombardero aún no había terminado. Sin parar el motor, con el repostaje y la llegada de dos nuevas tripulaciones, el bombardero emprendió inmediatamente un vuelo de 30 horas para regresar a su base en el estado estadounidense de Missouri.
En total, junto con otros cinco bombarderos B-2, el bombardero ‘Spirit of America’ estuvo en funcionamiento durante más de 70 horas sin parar. Durante este período, ninguno de los aviones encontró ningún defecto técnico o problema de motor, un rendimiento que cabría esperar de un avión con un precio de más de dos mil millones de dólares.
Ahora que la nueva generación de bombarderos que evaden el radar, el B-21 Raider, ha entrado en servicio, se espera que el avión pueda reemplazar al B-2, un bombardero que desempeñó un papel fundamental tanto en la Operación Libertad Duradera como en el llamado ataque Martillo de medianoche.
En la actualidad, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos cuenta con 20 B-2, la mayoría con base en la Base Whiteman de Missouri. La aeronave tiene la capacidad de volar hasta 50.000 pies (15,4 km) y transportar 40.000 libras (18.100 kg) de carga, que van desde armas convencionales hasta armas nucleares.
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