El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió una estrategia “segura y humana” al anunciar que abrirá las puertas cada mes a hasta 3o mil migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, pero endurecerá las restricciones en la frontera con México.
Aquellos que lleguen a la frontera serán expulsados inmediatamente a México, quien se ha comprometido a recibir a 30 mil personas cada mes.
El número de migrantes se limitará a quienes tengan a un patrocinador estadounidense y aquellos que intenten entrar ilegalmente serán expulsados bajo la norma sanitaria conocida como “Título 42” y con la intervención de la policía, en coordinación con México.
“Es seguro, es humano y funciona”, dijo Biden sobre esta propuesta.
Los beneficiados con estas medidas, establece que los migrantes aceptados podrán permanecer legalmente en el país por un período de dos años y serán elegibles para solicitar una autorización de empleo temporal válido por el tiempo de permanencia autorizado.
“No vengan a la frontera” sin haber iniciado antes un proceso legal, pidió este jueves a los migrantes que llegan al país.
El tema migratorio será uno de los temas claves de sus reuniones la próxima semana con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Como respuesta, México informó en un comunicado que recibió con agrado el anuncio de nuevas acciones por parte de Estados Unidos para lograr una migración ordenada y segura.
Reiteró que el acceso de las personas migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela debe realizarse exclusivamente por vía aérea y no a través de la frontera terrestre con México.
Adicionalmente, dio a conocer que México y Estados Unidos ampliarán sus políticas de reasentamiento para personas refugiadas, en reconocimiento a la importancia del acceso al asilo en ambos países y en la región
“Las personas de las nacionalidades referidas que no cumplan con los requisitos o que no sigan las indicaciones del nuevo programa serán sujetas al Título 42 como hasta ahora ha sucedido con personas de nacionalidad venezolana”.
Este título, una antigua regla de salud pública activada durante la presidencia de Donald Trump, permitía expulsar a migrantes por la emergencia sanitaria del COVID-19 sin que tuvieran la oportunidad de pedir asilo.
Según las autoridades estadounidenses de entonces, se introdujo para ayudar a prevenir la propagación de la COVID-19 en los centros de detención.
Sin embargo, Human Rights First advierte que el mal uso del Título 42 ha resultado en un fiasco en salud pública, administración de la frontera y derechos humanos. Esta política ha sido utilizada para bloquear a quienes buscan asilo en puntos de entrada oficiales, exponer a riesgos graves a solicitantes de asilo y migrantes que cruzan la frontera, y evadir el debido proceso y las disposiciones para la protección de refugiados contempladas en las leyes estadounidenses.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) destacó que las autoridades de México evaluarán periódicamente el desarrollo del nuevo programa con el gobierno de Estados Unidos a fin de mejorar sus resultados y valorar su continuidad.
