El mandatario estadounidense, que ha recordado que Moscú «todavía» no ha enviado el armamento, ha declarado a la prensa que «claro» que le preocupa este anuncio.
Asimismo, Biden ha incidido en que las recientes declaraciones de Putin constituyen «un tipo de discurso peligroso» y «alarmante».
Por su parte, el Gobierno de Bielorrusia justificó horas antes la necesidad de reforzar sus capacidades defensivas ante las «legítimas preocupaciones» que tiene en materia de seguridad, tachando de «exageradas» las reacciones internacionales al despliegue de armas nucleares.
El Ministerio de Exteriores bielorruso afirmó en un comunicado que, «durante los últimos dos años y medio», desde las controvertidas elecciones de agosto de 2020 que revalidaron el mandato de Alexander Lukashenko entre sospechas de fraude, el país ha sido víctima de una presión política y económica «sin precedentes» de la que culpa a los países de la OTAN y la UE.
Se considera objetivo de una injerencia «directa y grave» en asuntos que son únicamente internos con el objetivo de cambiar el régimen político en Minsk, mientras en cambio los países de la OTAN fronterizos con Bielorrusia «acumulan» capacidad militar.
Es en este contexto en el que el Gobierno de Lukashenko enmarca el último acuerdo con Rusia para el despliegue de armas nucleares tácticas, que no considera «ninguna novedad». También alegó que la colaboración en este ámbito con Moscú no supone en ningún caso una violación de los compromisos internacionales, en línea con la tesis que también han defendido las autoridades rusas durante estos últimos días.
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