Estados Unidos alcanzó un acuerdo de culpabilidad con el autor intelectual de los atentados del 11 de septiembre de 2001, Khalid Sheikh Mohammed, y otros dos acusados, según informó el Pentágono el miércoles.
«Los términos y condiciones específicas de los acuerdos previos al juicio no están disponibles para el público en este momento», indicó el Departamento de Defensa estadounidense en un comunicado.
«Los tres acusados, junto con Ali Abdul Aziz Ali y Ramzi Bin al Shibh, fueron inicialmente acusados conjuntamente y procesados el 5 de junio de 2008, y luego fueron acusados nuevamente conjuntamente y procesados por segunda vez el 5 de mayo de 2012, en relación con sus presuntos roles en los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos», recordó el Departamento en el comunicado.
Un comunicado del Pentágono indicó que por el momento no se harán públicos los detalles del acuerdo, pero el diario New York Times informó que Mohammed, Walid bin Attash y Mustafa Al Hawsawi acordaron declararse culpables de conspiración a cambio de una cadena perpetua, en lugar de un juicio en el que se enfrentaban a la pena capital.
Los fiscales habían detallado esa propuesta en una carta el año pasado, pero la iniciativa dividió a las familias de las casi 3 mil personas muertas en los ataques, ya que algunos todavía desean que los acusados afronten la pena de muerte.
La mayoría de las disputas legales en torno a los casos de estos hombres se han centrado en si podían ser juzgados con imparcialidad tras haber sido sometidos a torturas sistemáticas por la CIA en los años posteriores al 11-S, una cuestión espinosa que los acuerdos de culpabilidad ayudan a evitar.
Mohammed era considerado uno de los lugartenientes más inteligentes y de mayor confianza de Osama bin Laden, jefe de Al Qaeda, antes de su captura en marzo de 2003 en Pakistán. Después pasó tres años en prisiones secretas de la CIA antes de llegar a Guantánamo en 2006.
Este ingeniero de formación, que ha afirmado haber ideado los atentados del 11-S «de la A a la Z», ha sido acusado de participar en una serie de grandes complots contra Estados Unidos, país en el que cursó estudios universitarios.
Además de planear la operación para derribar las Torres Gemelas, Mohammed afirma haber decapitado personalmente al periodista estadounidense Daniel Pearl en 2002 con su «bendita mano derecha» y haber colaborado en el atentado contra el World Trade Center de 1993, en el que murieron seis personas.
Bin Attash, saudí de origen yemení, supuestamente entrenó a dos de los secuestradores de los aviones con los que se perpetraron los atentados del 11 de septiembre. Sus interrogadores estadounidenses dijeron que también confesó haber comprado los explosivos y reclutado a miembros del equipo que mató a 17 marineros en un ataque contra el buque militar USS Cole.
Se refugió en el vecino Pakistán tras la invasión estadounidense de Afganistán en 2001 y fue capturado allí en 2003, tras lo cual fue recluido en la red de prisiones de la CIA cuya ubicación es confidencial.
Al Hawsawi, por su parte, es sospechoso de gestionar la financiación de los atentados del 11-S. Detenido en Pakistán el 1 de marzo de 2003, también fue prisionero en cárceles secretas antes de ser trasladado a Guantánamo en 2006.
ElUniversal