A propósito del deshielo del glaciar Thwaites, dos equipos de científicos utilizaron el vehículo robotizado Icefin para observar la parte sumergida del glaciar y más allá. Los resultados obtenidos no son nada alentadores: en el interior de las grietas del glaciar, el agua salada y el agua caliente se introducen y aceleran el deshielo. Estas son, en resumen, las conclusiones de la investigación.
Estos dos nuevos estudios sobre el deshielo del glaciar Thwaites, publicados en la revista Nature, fueron realizados por científicos de British Antarctic Survey (BAS) y Cornell University. El equipo, dirigido por Peter Davis y Britney Schmidt, forma parte del proyecto MELT, en cuyo consorcio colaboran el Reino Unido y Estados Unidos International Thwaites Glacier Collaboration. El hielo se sondeó con ayuda del robot Icefin.
El primer problema al que se enfrenta el glaciar es el calentamiento global, pero no el aumento de la temperatura atmosférica, sino el del agua. De hecho, parece que la línea de flotación del hielo ha retrocedido hasta 16 km en los últimos 30 años, de modo que una parte mucho mayor de la superficie está ahora expuesta al agua salada caliente. Además, se produce el fenómeno llamado Tidal pumping: el hielo, al elevarse cuando sube la marea, permite que fluya más agua por debajo.
En las zonas donde el hielo es plano y liso, el agua fría forma una especie de manto que lo protege de la acción del agua salada y la sal. En cambio, donde las superficies son dentadas, hay más superficies verticales donde el agua caliente puede atacar al hielo, incluso mediante incursiones laterales.
Uno de los peores hallazgos se refiere a las temperaturas. En efecto, Britney Schmidt, planetóloga y científica de la Tierra en Cornell University, explica cómo el terrible deterioro de Thwaites se está produciendo en condiciones más suaves que las estimadas anteriormente por los modelos.
El problema es, pues, bastante obvio: se necesita menos cambio climático para que se produzcan estos efectos. Por tanto, si las condiciones empeoran aún más, el deshielo del glaciar Apocalipsis será más rápido de lo previsto.
Los estudios también han formulado hipótesis concretas sobre lo que ocurriría en caso de fusión de esta enorme masa de hielo: el nivel global del mar podría subir más de 30 cm. Además, existiría el riesgo de que este glaciar arrastrara también a los glaciares de los alrededores, añadiendo otros tres metros a la subida de los mares. Ni que decir tiene que esto sería mucho más que una catástrofe.