Las autoridades mexicanas han confirmado la presencia de las nuevas variantes de COVID-19, KP.2 y KP.3, en el país. Estas variantes, pertenecientes a la familia ómicron, se consideran más contagiosas que las anteriores y han encendido las alarmas por un posible aumento de contagios y hospitalizaciones.
El Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen) y el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) han identificado, hasta el momento, un caso de la variante KP.3 y ocho casos de la variante KP.2.
El primer caso de KP.3 se detectó en un hombre de 50 años procedente de Estados Unidos que llegó a la Ciudad de México el 17 de junio. El paciente presentó síntomas como fiebre, tos, dificultad para respirar, afecciones gastrointestinales y cansancio. La muestra de sus secreciones se envió al Inmegen, donde se confirmó la presencia de la variante KP.3. El resultado se subió a la plataforma GISAID (Global Initiative on Sharing All Influenza Data) el 12 de julio de este año.
En cuanto a la variante KP.2, se han identificado ocho casos en México. El primer caso se registró en una mujer de 52 años procedente de Estados Unidos que llegó a la Ciudad de México con síntomas y acudió al INER el 7 de mayo. Los demás casos se han presentado entre junio y julio, y todos los pacientes tienen antecedentes de haber viajado a Estados Unidos.
Las variantes KP.2 y KP.3 comparten muchas de las características de la variante ómicron original, incluyendo su alta transmisibilidad. Sin embargo, estas nuevas variantes tienen mutaciones adicionales que las hacen aún más contagiosas y les permiten evadir parcialmente la protección de las vacunas y las infecciones previas.
Los síntomas de las variantes KP.2 y KP.3 son similares a los de la variante ómicron original, e incluyen:
Fiebre
Tos
Dificultad para respirar
Fatiga
Dolor de cabeza
Dolor de garganta
Dolor muscular
Pérdida del gusto y el olfato
En algunos casos, las personas infectadas con estas variantes pueden no presentar ningún síntoma.