El brote de sarampión en el oeste de Texas sigue cobrando fuerza, y las autoridades sanitarias temen que los casos puedan haberse propagado a otras partes del estado e incluso a Nuevo México. Desde su inicio a finales de enero en el condado de Gaines, ya se han confirmado 146 casos del virus altamente contagioso, y la situación se complica con reportes de exposición masiva en San Antonio y San Marcos, donde una persona infectada estuvo en contacto con cientos de personas.
Este brote, que ha alarmado a las autoridades de salud pública, ha puesto en alerta a las escuelas y guarderías, ya que el sarampión se transmite con facilidad, especialmente entre los niños no vacunados. La directora de salud pública de Lubbock, Katherine Wells, expresó su preocupación por la posibilidad de que el virus se propague rápidamente en centros educativos, donde el contacto entre niños es frecuente y cercano.
Además de los síntomas clásicos como fiebre y sarpullido, el sarampión puede ser mortal, especialmente para los menores que no han sido vacunados. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) ya han enviado dosis adicionales de la vacuna MMR para frenar la propagación del virus, instando a la población a verificar su estado de vacunación y buscar atención médica ante cualquier síntoma.
Las autoridades continúan monitoreando de cerca la situación, y los hospitales están lidiando con el aumento de niños hospitalizados debido a complicaciones graves del sarampión. Con el regreso de las clases, la preocupación por nuevos brotes en escuelas y comunidades sigue creciendo.