Virólogos de la Universidad Johns Hopkin han alertado por la presencia de nuevas variantes del virus chino COVID-19, mismo que afectó a millones de personas en el mundo en el año 2019 y sus años consecuentes.
Según el informe, compartido el pasado 13 de mayo, indica que hay una familia de variantes identificadas como FLiRT de COVID-19, mismas que ya están presentes en la población de Estados Unidos.
Estas variantes, incluida la denominada KP.2, están ganando terreno y representan alrededor del 28% de las infecciones, superando a la variante JN.1 como la dominante, según informes de la universidad.
Las variantes FLiRT, que incluyen KP.2, JN.1.7 y otras, pertenecen a la familia omicrón y se caracterizan por ser altamente transmisibles, según el médico William Schaffner de la Universidad de Vanderbilt.
Aunque se propagan fácilmente, hasta el momento no parecen causar enfermedades más graves, lo que ha generado cierto alivio entre los expertos.
Andy Pekosz, profesor de Microbiología Molecular e Inmunología de Johns Hopkins, señala que los síntomas de las variantes FLiRT no difieren significativamente de las variantes anteriores de omicrón. El periodo de incubación y la duración de los síntomas siguen siendo similares, con la posibilidad de detectar el virus vivo hasta una semana después del inicio de los síntomas.
En cuanto a la protección contra estas nuevas variantes, Pekosz sugiere que una infección previa con la variante JN.1 proporciona una protección sólida, pero la inmunidad adquirida a través de variantes anteriores puede ser menos efectiva.
A pesar de que aún no se han realizado estudios específicos sobre las variantes FLiRT, la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos sostiene que las vacunas COVID-19 siguen siendo efectivas para prevenir casos graves de la enfermedad.
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