BARCELONA, 25 ene (Reuters) – El miedo a ser enterrado vivo y atrapado en un ataúd de los personajes del escritor Edgar Allan Poe y ahora ha inspirado lo que se factura como la sala de escape más pequeña del mundo, una experiencia de temática mortuaria no apta para claustrofobos.
El juego de puzzle de acción en vivo desarrollado por la empresa española Horror Box en Barcelona se llama «Catalepsy», una referencia a una condición médica fácilmente inembarde para la muerte.
Los participantes tienen 30 minutos para liberarse del interior de un ataúd resolviendo puzzles a través del trabajo en equipo con su pareja en un ataúd vecino, comunicándose a través de altavoces.
Son monitoreados a través de las cámaras de CCTV por la maestra de juego Aurora Alvarino, quien definió las salas de escape como «un gimnasio para la mente».
Dijo que la atracción tenía como objetivo recrear «una situación que tarde o temprano todos experimentaremos: tu propio funeral».
Miriam Castella, una actriz de 22 años seleccionada por la compañía para demostrar el juego, reconoció sentirse «un poco asustado» después de que cerrara la tapa del ataúd.
Su pareja en la manifestación, el bailarín Carlos Granedo, de 39 años, dijo que había participado en unas 15 salas de escape antes, pero calificó esta experiencia como única.
Al reservar sus entradas, los jugadores pueden personalizar varios aspectos, incluyendo el tipo de ataúd o si quieren ser «cremados» en un incendio de llamas virtuales y humo artificial.
«Catalepsy» se inspira en el miedo a ser enterrado vivo -o tapofobia- que se extendió durante el siglo XIX, como se refleja en el cuento de Poe «El entierro prematuro», que fue adaptado al cine en 1962.