Tras semanas de intensos combates, las fuerzas rusas avanzaron este miércoles en varias localidades al sur de la estratégica ciudad de Bakhmut, sin poder sitiar todavía este importante nudo de transportes en el norte de la región de Donietsk.
Fuentes rusas consideran inminente la caída de Bakhmut, que es el mayor obstáculo en el camino hacia las ciudades de Slaviansk y Kramatorsk, las cuales parecen ser el objetivo de los ataques terrestres que Rusia está concentrando en una sola dirección del frente, al tiempo que retiene posiciones en otras y continúa los bombardeos de ciudades e infraestructuras civiles ucranias.
En ese contexto, al reunir a la plana mayor del ejército ruso en Moscú, el titular de la cartera de Defensa, Serguei Shoigu, informó que, en tan sólo dos meses, 300 mil reservistas recibieron preparación en más de un centenar de polígonos en Rusia y también en Bielorrusia, por lo cual están listos para incorporarse a la “operación militar especial”.
Según Shoigu, el ejército ruso está probando en Ucrania nuevas tácticas de ataque con misiles y artillería y, en ese sentido, destacó los drones de ataque, el lanzacohetes múltiples Tornado-S y el obús Malka.
Señaló que el uso efectivo del armamento contra el adversario es “fundamental para ganar los combates”, por lo cual “durante la operación se ensayan nuevas tácticas precisamente de los componentes que se consideran más importantes: los misiles y la artillería”.
El ministro adelantó que, al elaborar la relación de obras básicas para el año siguiente, “se prestará atención especial a la infraestructura de las fuerzas nucleares estratégicas» y dio a conocer que la fuerza aeroespacial rusa está edificando un polígono en la región de Krasnoyarsk, en Siberia.
Shoigu reveló que en estos momentos “continúa la construcción de partes esenciales de la infraestructura para cinco grandes unidades de las fuerzas de misiles estratégicos donde se tiene previsto instalar nuevos sistemas de misiles”.
Afirmó que en 2023 aumentará casi 50 por ciento la financiación del programa de encargos militares del Estado, con lo cual “las unidades del ejército en disponibilidad permanente recibirán el armamento más moderno».
En su opinión, “es necesario seguir modernizando las armas y también crear sistemas novedosos que puedan ser utilizados en la operación militar” en Ucrania.
El mismo día, el canciller Serguei Lavrov, al dirigirse a los alumnos del programa “Diálogo para el Futuro” de la Fundación Gorchakov para el Apoyo de la Diplomacia Pública, afirmó que para Rusia no sólo es inadmisible una guerra nuclear, sino que hay que evitar “cualquier enfrentamiento armado, incluso con armas convencionales, entre potencias nucleares”, por cuanto “una escalada puede devenir incontrolable”.
Para Lavrov, Estados Unidos y sus aliados “literalmente empujan a Ucrania a continuar la guerra que Occidente libra contra Rusia” y Washington “debe reconsiderar su papel no sólo respecto a nuestra relación bilateral (con Moscú), también en la política mundial”.
Porque (Estados Unidos) «no puede pretender determinar los parámetros, criterios y tendencias de la vida en todo el planeta», agregó el jefe de la diplomacia rusa y criticó “el globalismo expansionista” que practica junto con sus socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Subrayó que, en el contexto de la seguridad internacional, preocupa a Rusia “la rápida ampliación de la OTAN” y volvió a repetir su tesis de que ésta es una de las causas de “la guerra desatada por Occidente contra nosotros en Ucrania”.
LaJornada