Las calles de Shanghái fueron custodiadas por centenares de policías y patrullas este lunes, luego de un fin de semana marcado por las protestas contra la controvertida política de China de «cero covid».
Tras un incendio mortal en la ciudad de Urumqi, en el noroeste del país, la indignación crece en China contra las restricciones por el covid-19, criticadas por haber ralentizado las tareas de extinción del incendio.
Grandes manifestaciones tuvieron lugar el domingo en el centro de Shanghái, donde hubo enfrentamientos entre manifestantes y agentes de policía cerca de la calle Wulumuqi, el nombre en mandarín de Urumqi.
Numerosos agentes y vehículos de policía estaban presentes este lunes en esa misma zona en aras de disuadir nuevos intentos de protestas, según comprobaron periodistas de la AFP, quienes vieron como los agentes detuvieron a cuatro personas y liberaron a una a lo largo del día.
En la calle Wulumuqi, había 12 vehículos de policía en 100 metros, según un periodista de la AFP.
«El ambiente resulta tenso esta noche. Hay muchos policías por esta zona», dijo un peatón, que se hizo llamar Taku (seudónimo) y que explicó haber perdido su empleo en una compañía aérea a causa de la pandemia y consideró que las manifestaciones estaban justificadas.
«El resto del mundo volvió a la normalidad, pero China continúa paralizada a causa de una política de cero covid. Esta ciudad va camino de volverse loca», añadió Taku, que dijo esperar «con impaciencia que algo suceda».
Otro joven explicó a la AFP que la policía le había preguntado específicamente si había descargado aplicaciones extranjeras en su teléfono, una pregunta hecha a muchos otros ciudadanos chinos, según denunciaron en las redes sociales.
«El ambiente resulta extraño, pero no me siento en peligro», aseguró una mujer, de unos 30 años, quien trabaja como dependienta y lamentó una disminución de la actividad comercial en la zona donde se produjeron las manifestaciones.
A pesar de todo, se respiraba más bien tranquilidad este lunes por la noche y la AFP sólo vio como cuatro agentes llamaron la atención a dos jóvenes e inspeccionaron sus teléfonos móviles y cámaras de fotografía antes de dejarlos ir.
Los policías también suprimieron fotografías de los teléfonos móviles a varias personas en la zona de la calle Wulumuqi.
«Como ciudadano de Shanghái, soy libre de grabar», dijo un joven detenido brevemente por haber grabado una manifestación.
«Ahora es así en Shanghái. No hay libertad», lamentó.