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Ciudad Juárez

Denuncian tala disfrazada de saneamiento en el parque Nacional La Malinche

20 de febrero de 2024

Bajo el argumento de combatir una plaga de escarabajos, fue devastada una extensión de alrededor de tres hectáreas del Parque Nacional la Malinche -zona declarada como protegida desde 1938- donde la gran mayoría de los oyameles derribados eran árboles sanos, denunciaron habitantes de Tepatlaxco de Hidalgo.

En conferencia de prensa, artesanas de la empresa comunitaria Artemali Ocoxal demandaron la actuación de las autoridades federales para investigar lo ocurrido en el paraje Ameyalco ubicado en las faldas de la también llamada Matlalcueyatl, pues aseguraron que constituye un ecocidio.

Apoyadas por organizaciones y habitantes de esa comunidad nahua, las mujeres dedicadas a la elaboración de artesanías con las acículas de los pinos, narraron que el 14 de febrero, en uno de sus recorridos voluntarios de recolección de basura en la montaña, encontraron al presidente de la Consejo de Vigilancia del Comisariado Ejidal de Tepatlaxco con rollos de madera listos para carga.

En ese momento, esta persona les mostró dos documentos para amparar la tala, que eran un reconocimiento como propietario del predio expedido por el Ayuntamiento de Tepatlaxco y un permiso de saneamiento emitido por la Comisión Nacional Foresto (Conafor).

En la primera revisión que hicieron pudieron percatarse que sólo dos oyameles tenían la marca de martillo que autoriza su derribo y que en la gran mayoría de los troncos no se observaban señales de contagio de plaga. Al dirigirse al predio donde varios hombres estaban talando, tampoco encontraron la señal de copas rojizas que genera en los árboles la plaga del escarabajo scolytus mundus, que se daba como argumento.

Luego, al revisar los documentos presentados por el presidente del Consejo de Vigilancia del ejido se dieron cuenta de otra serie de irregularidades como que el nombre del predio no coincidía, pues en el documento de la Conafor se menciona a Santa Cruz Calera y en el del Ayuntamiento se nombra al terreno como Santa Cruz Ameyalco.

Descubrieron también que no había congruencia geográfica en las medidas y colindancias que se describían en la constancia firmada por el Ayuntamiento y que el permiso para el supuesto saneamiento era sobre una hectárea, mientras que el área donde se cortaron oyameles -hasta ese momento- era de alrededor de tres hectáreas.

Otra de las cosas que aclararon es que en esa comunidad casi nadie tiene escrituras de sus terrenos, pero los habitantes se conocen como vecinos y respetan las posesiones que ha tenido cada familia por décadas, no obstante, no reconocían a esa persona como la auténtica propietaria del paraje Ameyalco.

Las artesanas recordaron que este “modus operandi” ya lo han visto en la zona de la Malinche que corresponde a Tlaxcala, donde se usaron los permisos para atacar la plaga del gusano descortezador, a fin de devastar áreas sanas y hacer negocio con la madera.

“Es una tala disfrazada de saneamiento”, resumió una de las artesanas quien denunció que, a partir de que pidieron la intervención de la Profepa para detener esta tala, fueron amenazadas a través de una llamada telefónica en la cual les advirtieron que “no sabían con quién se estaban metiendo”.

“Nos pronunciamos ante los saneamientos que a modus operandi están acabando con la vida de las zonas más conservadas de la montaña, haciéndolas pasar por enfermas, viendo en ellas un gran negocio económico, redituable para el bolsillo de mentes cegadas por la ambición, pero que están acabando con toda la vida humana, no humana y cosmogónica de nuestro territorio”, manifiestan en un comunicado.

“Reconocemos a las instituciones federal del medio ambiente la pronta respuesta a nuestro llamado de auxilio ante lo que presenciamos y consideramos un ecocidio y, les pedimos de manera detallada revisen las inconsistencias e irregularidades que nosotras percibimos, tanto en campo como en la documentación…llegando hasta las últimas indagatorias para sancionar en su caso a los responsables”.

Igual otros habitantes nahuas de Tepatlaxco advirtieron que esta destrucción de los bosques de la Malinche no sólo los afecta a ellos como comunidad y a su cosmogonía, pues desde niños han visto a la montaña como una “madre sabia”, sino que genera un impacto en el equilibrio ecológico del valle Puebla-Tlaxcala.

Los pobladores aclararon que no están en contra que se saneen las plagas, pero sí que se usen como pretexto las notificaciones de la Conafor para saquear los bosques del área protegida, por lo que pidieron que no se expidan más permisos si no es con el consenso, participación y reconocimiento comunitario.

Igual hicieron un llamado al gobierno de Puebla para que asuma su responsabilidad como administrador del Parque Nacional Malintzin-Matlalcueyatl, ya que por muchos años “lo ha abandonado totalmente”, mientras que al Ayuntamiento de Tepatlaxco lo señalaron como parte de este ecocidio y lo responsabilizaron de cualquier acto que atente contra la seguridad e integridad de las denunciantes.

Proceso

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