El gobierno mexicano espera llegar a un acuerdo con Washington, después de que Estados Unidos amenazara con emprender acciones legales por el plan de México de prohibir el maíz transgénico en 2024, dijo el martes el presidente del país latinoamericano, Andrés Manuel López Obrador.
El mandatario conversó el lunes con el secretario de Agricultura estadounidense, Tom Vilsack, quien advirtió que Washington podría recurrir al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TMEC, por la decisión de México de eliminar gradualmente el uso de maíz transgénico para 2024.
«Esperamos llegar a un acuerdo, pero si no se llega a un acuerdo hay paneles y, no (debemos) alarmarnos, que se acuda a un tribunal y que decidan pero nosotros no podemos ceder en esa solicitud», afirmó el gobernante en rueda de prensa al ser consultado sobre la controversia.
La anunciada supresión gradual del maíz genéticamente modificado (GMO) en México, así como del herbicida glifosato, ha despertado el malestar entre autoridades y empresas de Estados Unidos, que cada año exporta al país latinoamericano decenas de millones de toneladas del grano modificado.
Vilsack planteó el lunes a López Obrador «las profundas preocupaciones» de su Gobierno y de los productores sobre la norma, por los perjuicios que tendría para agricultores de ambos lados de la frontera y porque podría aumentar significativamente los costos para los consumidores mexicanos.
México importa anualmente unos 17 millones de toneladas de maíz de la nación vecina y va camino de adquirir aún más este año, según expertos. La mayoría de las compras son realizadas por empresas privadas, entre ellas grandes comerciantes de materias primas como Cargill y Bunge.
Agricultores estadounidenses se han mostrado especialmente preocupados por la amenaza de prohibir el maíz amarillo transgénico para consumo animal.
Pero mientras López Obrador reafirmó la decisión de su administración de prohibir el grano transgénico para consumo humano dijo que ese «no es el tema» con el maíz forrajero, el que podría estar sujeto a un permiso anual de la autoridad sanitaria, la Cofepris, para seguir siendo importado.
«Se está planteando que también tengamos un plazo para revisar el contenido de ese maíz amarillo, si no es dañino para la salud, aun cuando se use como forraje», especificó el mandatario.
«Ofrecimos ampliar el plazo a dos años para el caso del maíz amarillo que se utiliza para forraje», señaló López Obrador sin especificar cuándo comenzaría y terminaría esa extensión y a qué estaba sujeta.
El mandatario añadió que quería que las autoridades sanitarias de ambos países evaluaran el impacto del maíz transgénico usado para consumo animal «para estar seguros de que (…) no afecta la salud».
López Obrador no especificó si México aún planeaba reducir las importaciones totales de maíz amarillo a cerca de la mitad en 2024, algo que un funcionario mexicano de alto nivel dijo a Reuters el mes pasado.
La prohibición del maíz transgénico en México ha estado plagada de confusión sobre cómo se aplicará. Partidarios de la prohibición argumentan que el maíz modificado genéticamente podría contaminar las variedades nativas de México.
La Secretaría de Agricultura declinó hacer comentarios y la oficina del presidente no respondió a una solicitud de comentarios.
Reuters