La OTAN está dispuesta a asumir la coordinación de las entregas de armas a Ucrania de Estados Unidos, dijo el jefe de la alianza, en un intento por salvaguardar el mecanismo de ayuda militar mientras Donald Trump se postula para un segundo mandato como presidente.
«Espero que los ministros aprueben un plan para que la OTAN lidere la coordinación de la asistencia de seguridad y el entrenamiento a Ucrania», dijo Jens Stoltenberg a periodistas antes de una reunión de dos días de los ministros de Defensa de la OTAN en Bruselas.
Horas antes, Hungría había renunciado a su resistencia al paquete de ayuda a Ucrania que la OTAN pretende acordar en su cumbre de Washington en julio, que incluye un compromiso financiero y la transferencia a la alianza de la coordinación de los suministros de armas y el adiestramiento.
Durante una visita de Stoltenberg a Budapest, el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, declaró que su país no bloquearía las decisiones de la OTAN sobre la prestación de apoyo a Ucrania, pero que había acordado que no participaría.
Añadió que había recibido garantías de Stoltenberg de que Hungría no tendría que proporcionar financiación a Ucrania ni enviar personal a ese país.
Hungría ha estado en desacuerdo con otros países de la OTAN por los estrechos lazos de Orban con Rusia y la negativa a enviar armas a Ucrania, con el ministro de Asuntos Exteriores de Budapest el mes pasado etiquetando los planes para ayudar a la nación devastada por la guerra de una «misión loca».
Stoltenberg había propuesto que la OTAN asumiera la coordinación de la ayuda militar internacional a Ucrania, dando a la alianza un papel más directo en la guerra contra la invasión rusa, pero sin comprometer sus propias fuerzas.
La medida se considera en general un esfuerzo para proporcionar un cierto grado de «a prueba de Trump», poniendo la coordinación bajo un paraguas de la OTAN.
Pero los diplomáticos reconocen que esa medida puede tener un efecto limitado, ya que Estados Unidos es la potencia dominante de la OTAN y proporciona la mayor parte del armamento a Ucrania. Por tanto, si Washington quisiera recortar la ayuda occidental a Kiev, aún podría hacerlo.
Stoltenberg también ha pedido a los aliados que mantengan la financiación de la ayuda militar a Ucrania al mismo nivel que desde la invasión a gran escala de Rusia en 2022, lo que supone unos 40 mil millones de euros al año.
Milenio