—Los de la Vega entre más tienen más quieren
—Pacic, respuesta flaca y sin proteína
—La primera “crisis” de la Torre Centinela
Las encuestas de RUBRUM traen más movimiento que el Juan Pablo II a la hora pico. Y es que, rumbo al 2027, los números no mienten: Morena anda pisando fuerte en la carrera por la gubernatura de Chihuahua, dejando al PAN viendo de lejos, con una ventaja de 8 puntotes.
Será que los morenos van a conquistar al estado grande y a la frontera más populosa y bella del mundo.
Dicen los números de la casa encuestadora que Andrea Chávez, la carta fuerte de Morena, no sólo va adelante en las preferencias electorales, sino que le saca 16 puntos a Cruz Pérez Cuéllar. ¿Será?
Mientras tanto, en el lado azul de la competencia, Marco Bonilla se coloca como el gallo con más plumas y con más posibilidades en el estado, aunque el panorama está más dividido que la cuenta en una comida de políticos.
Ahora, donde el PAN anda que no cree en nadie es en la capital. Chihuahua es territorio azul: César Jáuregui y Manque Granados encabezan la preferencia y le ponen más de 20 puntos de distancia a Morena. Por allá, el partido que fundó el expresidente Andrés Manuel nomás no levanta ni con viagra.
Pero en Ciudad Juárez la cosa es distinta. En la frontera, Morena pega fuerte y se lleva la plaza por más de 20 puntos sobre el PAN. Mayra Chávez es la favorita y, según los números, los juarenses quieren seguir pintando de guinda su municipio.
Así las cosas, el panorama está más caliente que el chile chiltepín. Faltan casi dos años y la moneda sigue en el aire, pero está claro: la batalla será intensa, los nombres ya suenan, y los dados se están lanzando.
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El tema del huachicoleo fiscal sigue dando de qué hablar a nivel nacional, y ahora Ciudad Juárez aparece en El Financiero.
Juaritos ya salió en otros medios como en el de la reconocida periodista Carmen Aristegui. El caso gira en torno al ex administrador de la aduana local, Octavio Othón López Pérez, coronel retirado, quien —mientras estuvo en la frontera— se uniformaba y trabajaba con todas sus insignias, pero permitía el paso de millones de dólares en gasolina sin pagar impuestos. El truco: la documentaban como “aceite quemado”. ¡Vaya jugada!
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Los empresarios entre más tienen más quieren, ahora la familia de la Vega pretende que el municipio les regale un predio para construir un estadio de futbol para usufructuarlo.
Parece que en el municipio les han comprado la idea de que la construcción de dicho estadio sería para beneficio de la afición buna y sabia de la frontera.
Los de la Vega traen bien mareados a los funcionarios con el cuento de que en esta acción ganará Ciudad Juárez, pero lo cierto es los Bravos es un negocio privado.
¿A poco las Chivas o el América hacen su negocio en instalaciones que son patrimonio del Pueblo?
Para construir su estadio y sus flamantes instalaciones, lo mínimo que pediría la dupla De la Vega-Foster sería un comodato por 100 años.
Basta ver el ejemplo del equipo de beisbol de los Chihuahuas en El Paso: ahí, Mr. Foster compró el terreno en el Centro y levantó su propio estadio. Pero aquí, estos empresarios gandallas quieren hacerle creer a la raza que saldrán ganando.
Si de por sí ya perdemos suficiente con que los Bravos jueguen en un estadio construido y estrenado en 1986 con dinero estatal —ni siquiera lo levantó la UACJ—, pues así sigue la mata: no dando, sino ¡quitando!
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Gran confusión se armó ayer por la tarde cuando trascendió información extraoficial de que había un incendio en la Torre Centinela y que había heridos y muertos.
Sin embargo, más tarde el capitán Centinela, Gil Loya, mandó un comunicado de prensa en donde desmintió que hubiera un incendio en la obra de La Torre Centinela, aclarando que se trató de un accidente laboral durante trabajos de acabado en la fachada.
Según el comunicado oficial, un trabajador sufrió quemaduras y fractura en el tobillo tras incendiarse su arnés por contacto con un químico, por lo que fue atendido de inmediato. Se aseguró que se evacuó al personal y se suspendieron actividades temporalmente, reforzando los protocolos de seguridad en la zona afectada.
Ahora que en la ciudad están brotando edificios cada vez más altos—basta darse una vuelta por el bulevar Teófilo Borunda o Paseo de la Victoria, donde ya se levanta una torre de 33 pisos—¿habrán considerado las autoridades Protección Civil que, para otorgar licencias y permisos, es indispensable que Bomberos y Rescate cuenten cuanto antes con máquinas extintoras telescópicas de esa altura y el equipo de rescate adecuado para este tipo de colosos?
¿O de plano aplicaron la de siempre y se aventaron nomás al “ahí se va”?
Si es así, no sólo hablaríamos de corrupción, sino también de una tremenda irresponsabilidad… ¡o, peor tantito, de las dos!
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La presidenta Claudia Sheinbaum anunció la renovación del acuerdo con productores y tiendas de autoservicio para mantener el precio de la canasta básica —compuesta por 24 productos esenciales— en 910 pesos, como parte del Paquete contra la Inflación y la Carestía (Pacic).
El Pacic, la gran apuesta oficial contra la inflación más bien parece una respuesta flaca y sin proteína. El Gobierno insiste en que aquí no pasa nada, que vamos bien y que mañana todavía mejor, pero la realidad en los supermercados cuenta otra historia.
Vaya usted a Soriana San Lorenzo y verá que la famosa canasta básica es tan básica que ni los 24 productos que pregonan en las mañaneras aparecen completos, y la calidad, pues… deja mucho que desear.
Uno pensaría que la presidenta está más que satisfecha con la firma del Pacic, pero basta con preguntar a una mujer u hombre que llevan las cuentas del gasto semanal para darse cuenta: los aumentos al salario mínimo se quedan cortos, son de papel y no resuelven el problema de los precios altos.
Por eso el consumo promedio de las familias mexicanas nomás no crece. Y si le sumamos el tema de la jornada de 40 horas que quieren para el 2030, el panorama se complica: los patrones van a terminar trasladando el costo a los precios y los bolsillos familiares van a resentirlo. Se acerca la Navidad y, sí, viene una alegría momentánea por el aguinaldo y los ahorros, pero la bonanza será pasajera.
Al final, el Pueblo Bueno y Sabio seguirá batallando con la inflación, que no perdona ni en temporada de fiestas.
