El primer ministro japonés, Fumio Kishida, ha expresado, este jueves, su intención de continuar los esfuerzos para celebrar una cumbre con Corea del Norte, a pesar de la reciente negativa de Pyongyang a cualquier contacto con Tokio.
Kishida hizo estas declaraciones dos días después de que Kim Yo-jong, la hermana del presidente del Comité de Asuntos de Estado norcoreano, Kim Jong-un, emitiera una declaración rechazando todo contacto con Japón, después de que Tokio discrepara con el problema de los secuestrados japoneses y el programa nuclear de Corea del Norte.
«Lograr una relación fructífera entre Japón y Corea del Norte está en consonancia con los intereses de ambas partes», dijo Kishida en respuesta a una pregunta sobre la declaración, durante una conferencia de prensa en su residencia.
Agregó que su idea de que esto también contribuye, en gran medida, a la paz y la estabilidad regionales, «permanece sin cambios», señalando que espera buscar una respuesta de alto nivel sobre varios asuntos pendientes, incluido el de los secuestrados.
Los dos países han estado en desacuerdo, durante mucho tiempo, sobre el asunto de los ciudadanos japoneses secuestrados por Corea del Norte en las décadas de 1970 y 1980, para entrenar a sus espías en la lengua y la cultura japonesas.
Posteriormente, el Norte permitió que cinco de los secuestrados visitaran su patria y afirmó que otros ocho japoneses murieron, pero Tokio ha rechazado la afirmación y prometido lograr su regreso sanos y salvos.
Kim Yo-jong dijo, en febrero, que el régimen norcoreano estaba abierto a mejorar sus relaciones con Japón, en respuesta a los comentarios de Kishida de que sentía una «fuerte necesidad» de cambiar la relación actual entre Pyongyang y Tokio.
Sin embargo, el martes, Kim acusó al primer ministro japonés de utilizar las relaciones de los dos países para logros políticos, ante su bajo índice de aprobación.
Yonhap