URUAPAN, Mich.— El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, fue retirado casi a empujones de la sala funeraria San José, en Uruapan, tras ser abucheado por asistentes al funeral del exalcalde Carlos Manzo Rodríguez, asesinado la noche del 1 de noviembre durante el Festival de las Velas.
El mandatario estatal apenas permaneció cinco minutos en el lugar. Al intentar dar el pésame a la familia, fue recibido con gritos de “¡Fuera!”, “¡Asesino!” y “¡Justicia!”. La multitud lo obligó a abandonar el recinto escoltado por su cuerpo de seguridad, integrado por una decena de guardias que lo sacaron apresuradamente.
Fuentes cercanas informaron que la esposa del exalcalde le pidió al gobernador que se retirara mientras sostenía a sus dos hijos pequeños. La familia de Manzo evitó el saludo y se mantuvo apartada durante la breve presencia del mandatario.
Mientras tanto, en Uruapan y Morelia se convocaron marchas pacíficas para exigir justicia por el homicidio del político de 40 años. En la capital del estado, la concentración partirá de la plaza José María Morelos hacia Palacio de Gobierno; en Uruapan, la movilización será encabezada por los familiares de la víctima.
El cuerpo de Manzo fue llevado a la Pérgola Municipal, en la plaza de Los Mártires, frente a la Casa de la Cultura, donde el exalcalde solía atender a la ciudadanía.
Empresarios y políticos de distintos niveles han condenado el crimen. La Fiscalía estatal confirmó que uno de los responsables fue abatido y que otro implicado está detenido, mientras continúa la investigación.
El músico Vicente Jáuregui, exguitarrista de San Pascualito Rey, relató en redes sociales que la balacera estalló minutos antes de su presentación en el Festival de las Velas, causando confusión entre los asistentes.
El asesinato de Manzo se suma al de Bernardo Bravo Manríquez, presidente de la Asociación de Limoneros del Valle de Apatzingán, encontrado muerto hace once días. Ambos habían denunciado públicamente la presencia del crimen organizado en la región.
Manzo había solicitado al gobierno federal y estatal reforzar la seguridad en Uruapan tras la detención de René Belmonte Aguilar, alias El Rino, presunto jefe del Cártel Jalisco Nueva Generación en la zona. Pese al envío temporal de 300 elementos de seguridad, estos se retiraron quince días después.
Desde su toma de posesión, el 1 de septiembre de 2024, el alcalde advirtió que su vida corría peligro y que había recibido amenazas directas de muerte contra él y su familia.
