Los incendios forestales en Los Ángeles han roto récords de devastación. Con pérdidas que superan los 20 mil millones de dólares, estas llamas arrasan zonas residenciales de lujo y dejan desolación a su paso.
Más de 180 mil personas han sido evacuadas, mientras los vientos huracanados de 160 km/h dificultan el control del fuego. A esto se suman saqueos y un toque de queda decretado en Santa Mónica.
Dos incendios mayores avanzan sin piedad: uno en Pacific Palisades, de 6,900 hectáreas, y otro en Altadena, con 4,000 hectáreas. Ambos están fuera de control, según autoridades locales.
El cambio climático, señalado como principal culpable, ha agravado la sequía extrema y multiplicado la intensidad de los incendios. Joe Biden prometió recursos federales, calificando el evento como el peor en la historia de California.
El sheriff de Los Ángeles anunció la movilización de 400 miembros de la Guardia Nacional para contener la situación. Mientras tanto, el fuego ya ha destruido más de 2,000 edificios.
La crisis climática no da tregua. Los Ángeles enfrenta el impacto directo de un fenómeno sin precedentes.